No creo en el CNE, pero votare el 7-O por Gustavo Azocar Alcalá - Lea Noticias

No creo en el CNE, pero votare el 7-O por Gustavo Azocar Alcalá

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No creo en este CNE presidido por Tibisay Lucena. No creo en Socorro Hernández. No creo en Sandra Oblitas. Y tampoco creo en Tania D Amelio. A Vicente Díaz lo sacaré de este asunto porque considero que es un hombre serio, que intenta hacer su trabajo, pero cuyas iniciativas se estrellan contra el muro de la inmundicia que ha sido edificado por estas cuatro señoras.

No creo en este CNE que a tan solo 100 días de las elecciones del 7 de octubre inventa un proceso extraño, misterioso, sospechoso y extemporáneo para pedirle a casi 2 millones de venezolanos que vayan a “reactualizar” sus huellas dactilares. No creo en este CNE que en lugar de llevar a cabo una poderosa campaña de medios para convencer a los electores y reforzar la confianza de que el voto es secreto, hace todo lo contrario: inventa una campaña para tratar de meterle miedo a la gente, y muy especialmente a los funcionarios públicos que trabajan para organismos nacionales, pidiéndole a la gente que vaya a poner su huella otra vez.

No creo en este CNE que en el año 2010 me impidió ser candidato a la Asamblea Nacional sin ninguna justificación. Un CNE que colocó en su base de datos una supuesta “inhabilitación de mi parte por parte de la Contraloría General de la República” que jamás existió y que sólo sirvió para satisfacer los deseos de Iris Varela, quien le pidió a las rectoras que hicieran lo que fuera necesario para impedir mi postulación y posterior elección como diputado ante la Asamblea Nacional.

No creo en este CNE que permite que el candidato Hugo Chávez haga lo que le da la gana, violando la Constitución y las leyes, utilizando los recursos y los dineros del Estado para promover y financiar su campaña electoral, realizando largas e interminables cadenas de radio y televisión para promover su candidatura, en un evidente acto de ventajismo político, sin que las rectoras hagan algo por evitarlo.

No creo en este CNE que privilegia a un candidato, en este caso a Hugo Chávez, a quien se le permite utilizar espacios cercanos al CNE, como la plaza Diego Ibarra, e incluso hasta dar un discurso político, con micrófono y todo, delante de las autoridades rectorales, mientras que al otro candidato, es decir, a Henrique Capriles, se le limita el acceso al recinto, se le colocan todo tipo de trabas burocráticas y administrativas y se le cercenan sus legítimos derechos constitucionales a la igualdad.

No creo en este CNE que acaba de mandar a más de 23 mil electores venezolanos que viven en Miami, a votar a Nueva Orleans, a casi 18 horas de distancia en carretera, y cuya rectora principal Tania D Amelio, confiesa, con su cara muy lavada, que esta decisión es culpa del gobierno de los EEUU por haber expulsado de su país a la Cónsul de Venezuela, Livia Acosta, acusada de haber estado planificando acciones terroristas contra ese país.

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No creo en este CNE que cada vez que hay una elección, gasta millones y millones de dólares de todos los venezolanos en la adquisición de nuevas máquinas de votación, pero que cada vez se tarda mucho más tiempo en ofrecer los resultados de las elecciones, y que, incluso, todavía no ha ofrecido los resultados definitivos del proceso electoral realizado en diciembre de 2007, en el cual la gran mayoría de los venezolanos le dijo No a la reforma Constitucional promovida por Hugo Chávez. Cuando uno busca en la web del CNE los resultados de esa consulta, todavía consigue esta frase: Estos Resultados corresponden al Porcentaje de Actas de Escrutinios Recibidas al momento del Primer Boletín
de fecha 3 de diciembre de 2007.

No creo en este CNE que cuando recibe las quejas y los reclamos bien fundamentados de los sectores democráticos venezolanos, como las recientes peticiones formuladas en nombre de la MUD por parte del diputado de UNT, Enrique Márquez, lo que hace es decir que se está golpeando a la democracia, evadiendo su responsabilidad de velar por un proceso electoral pulcro, cristalino, transparente, capaz de ofrecer garantías a los 19 millones de electores que tienen derecho a participar en los próximos comicios del 7 de octubre.

No creo en este CNE porque estoy convencido de que cuatro de sus cinco rectores no responden a los intereses del país, sino a los intereses del PSUV, y más que del PSUV, a los intereses del Candidato Hugo Chávez.

Pero, a pesar de que no creo en este CNE, NO dejaré de votar en las elecciones del 7 de octubre de 2012. Por el contrario: votaré de primerito. Buscaré votantes hasta debajo de las piedras para que vayan ese día a los centros de votación a ejercer su derecho al sufragio, participaré activamente en la auditoría de la mesa que me corresponda en mi centro de votación y vigilaré muy de cerca todo cuanto tenga que ver con este proceso electoral histórico para los venezolanos.

No creo en el CNE, pero eso no me llevará a cometer equivocaciones. Votaré el 7 de Octubre y derrotaremos con votos a Hugo Chávez y también a este CNE rojo rojito.

 

Por: Gustavo Azocar Alcalá

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