La verdad es que los resultados económicos de Nokia en los últimos tiempos no son los mejores, eso está muy claro. Pero los que se han presentado la semana pasada, pese a que mantienes las pérdidas (en este caso de 754 millones de dólares), no son tan negativos como, por ejemplo, los dos anteriores, en los que perdió más de 1.000 millones de dólares en cada uno de ellos. Por lo tanto, habrá un prudente optimismo.
Otro dato que puede reconfortar a Stephen Elop y el resto de los directivos de Nokia es que en la misma información se indica que desde el mes de julio hasta septiembre se han vendido nada menos que 3 millones de terminales Lumia, por lo que en el total que llevan estos modelos a la venta casi llega a los 10 millones. No son las cifras que ofrecen otros fabricantes, evidentemente, pero no son nada malas y quieren decir que, poco a poco, Nokia y Windows Phone están calando en el mercado… y, a buen seguro, que la llegada de Windows Phone 8 y su salvaje campaña de publicidad aumentará las ventas.
Por lo tanto, son datos en los que se puede apoyar Nokia a la hora de ir evolucionando, ya que parece que su restructuración está dando resultados y que, justo ahora cuando la economía mundial no es precisamente estable, se ha conseguirlo cortar parte de la hemorragia y, además, el mercado ya parece maduro para mirar sin escepticismo a los modelos Lumia… de los que se habla cada vez mejor tanto en la prensa como por parte de los usuarios (incluso, en Francia se indica que las reservas de Lumia 920 son mayores que las de iPhone 5).
La combinación del nuevo sistema operativo de Microsoft, que promete ser de una excelente calidad y mejor integración, combinado con los terminales Nokia Lumia 920 y Lumia 820, puede ser el punto de inflexión que necesita la compañía (y posiblemente Stephen Elop, al que podría estar acabándoselo el crédito). Las reservas antes comentadas y la buena elección de la fecha de lanzamiento, en la campaña de Navidad, son razones que pueden desembocar en el final de las pérdidas en Nokia.
Al fin parece que el movimiento de cambiar Symbian por Windows Phone puede darle frutos a Nokia, que por el bien del sector de la movilidad, esperemos que sus resultados cambien y las ganancias sean lo habitual. Quizá, el desencanto con iPhone 5 de Apple también tenga algo de culpa en esto.