Es una lástima que la huelga universitaria, con la excepción de algunos políticos como Antonio Ledezma y otros pocos que los visitaron para darles ánimo, no haya recibido el respaldo merecido por parte de la mayoría de la clase política venezolana que solo se limitó a dar declaraciones de prensa. Los estudiantes siempre han puesto su pellejo para protestar por los problemas del país, especialmente desde 2007 cuando salieron a la calle con motivo del cierre de RCTV y para impedir la reforma constitucional con la cual Hugo Chávez pretendía liquidar todos los espacios democráticos para convertirse en una especie de reyezuelo.
Sin duda que una de las mayores aspiraciones de todo padre, es que cuando su hijo crezca y se gradúe de bachiller, entre a la universidad a estudiar una carrera para que le permita una mayor calidad de vida. Esa fue la aspiración de nuestros padres, luego nuestra aspiración con nuestros hijos y es sin ninguna duda, la aspiración de nuestros hijos ver a nuestros nietos con una toga y un birrete. Quien niegue eso, es cualquier cosa, menos buen padre o buen abuelo.
Las verdaderas democracias se miden por la forma como respetan la libertad de expresión y la autonomía universitaria. En este momento el gobierno de Nicolás Maduro arremete brutalmente contra nuestras universidades negándoles presupuesto para su funcionamiento y ofreciendo un aumento salarial para profesores y empleados, no acorde con el alto costo de la vida, pero condicionado a que se renuncie a la autonomía de la cual gozan desde que Simón Bolívar decreto la creación de la Universidad de Caracas, convertida hoy en la Universidad Central de Venezuela.
Podemos entender mas no justificar, que personas que no conozcan la universidad no la quieran porque en la apoca en que debían entrar a estudiar andaban en otra cosa y no lo hicieron, pero quienes, no solo se graduaron en nuestras universidades autónomas, sino que en su época de estudiantes tenían el mismo discurso a favor de presupuesto justo y autonomía, hoy las odian y desde el gobierno niegan lo que ellos pendían en el pasado. Es más, la autonomía que fue respetada por los gobiernos democráticos anteriores a este, era utilizada por los señores que hoy gobiernan para encapucharse.
Las universidades no solo son aulas para impartir enseñanza, también son para investigaciones científicas y tecnológicas, en ellas hay diversidad de criterios y pluralidad de pensamientos. Hay grupos políticos partidistas de todas las ideologías, culturales diversos, religiosos de todas las tendencias y hasta de zanahorias que no se meten en nada. Es más, cualquier problema interno puede dar pie para reagruparse y exigir la solución, bautizándolo con el nombre del problema. La diversidad es universalidad.
La UCV en los años setenta y ochenta, sirvió de refugio a muchos sureños que llegaron huyendo de las dictaduras que reinaba en esos países y sin presentar ningunas credenciales académicas alegando que tuvieron que salir huyendo, ingresaron a dar clases en las escuelas con carreras humanísticas, solo bastaba el aval de alguna de las fracciones de profesores de cualquier partido de izquierda. En Comunicación Social yo lo vi. “profesores” que lo único que hacían era dictar textos relacionados con las materias, pero nunca generaban debates.
Los estudiantes y profesores en las cinco universidades autónomas tuvieron mas de 30 dias en huelga de hambre defendiendo la autonomía y presupuesto justo para su funcionamiento, pero lamentablemente se desgastaron por la sordera de un gobierno criminal y la indiferencia de una sociedad que no fue capaz de entender que el gobierno lo que busca es controlar o eliminar las universidades por la vía del chantaje. Pero sin duda, esos muchachos que en su mayoría tenían tres o cuatro años de edad cuando llegó Chávez al poder, tienen la democracia en el ADN, gracias a los cuarenta años de gobiernos democráticos que vivieron sus padres y abuelos, por lo que seguirán luchando por su futuro.
Por: Gerónimo Figueroa Figuera / @lodicetodo