Nuestra Óptica: "La venta de Globovisión", por @lodicetodo - Lea Noticias

Nuestra Óptica: «La venta de Globovisión», por @lodicetodo

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Geronimo-FigueroaHay que ser muy ingenuo para creer que Globovisión seguiría igual a cuando era propiedad de de Guillermo Zuloaga, Nelson Mezzerane y Alberto Federico Ravell. Si bien es cierto que los nuevos dueños dijeron que el canal continuaría siendo de noticias y que las anclas se quedaban, no es menos cierto que también afirmaron que harían algunos cambios para incluir todos los rostros en la pantalla para encontrar la “paz” en Venezuela.

Globovisión en manos de sus antiguos dueños era un dolor de cabeza para los jerarcas del régimen que no entienden de una prensa crítica en una democracia. El gobierno chavista quiso doblegar y callar a Globovisión represión y juicios con multas a través de CONATEL y no pudo. Una vez por la vía de asustar a Mezzerane intentó comprarla y tampoco lo logró, aunque en ese momento Guillermo Zuloaga estaba de acuerdo con la venta, pero si provocó que Zuloaga como accionista mayoritario expulsara a Alberto Federico Ravell de la Dirección General por oponerse a la venta y denunciar que el gobierno pedía las cabezas de Leopoldo Castillo y de Kico Bautista.

La concesión-permiso de funcionamiento por señal abierta de Globovisión solo le quedan dos años de vigencia y que el gobierno chavista no lo iba a renovar, ni siquiera la tomaron en cuenta para las asignaciones en la nueva televisión digital, lo que significaba que los días del canal de noticias estaban contados. En ese sentido no creemos que los nuevos dueños se atrevieran a invertir mucho dinero para comprar unos equipos viejos y una señal que estaba sentenciada a muerte, sin antes llegar a un acuerdo o tener la promesa del gobierno para su funcionamiento. Este régimen acostumbrado a comprar lealtades y no da nada a cambio de nada.

Pretender que todo quedaría igual, era subestimar al gobierno chavista, especialmente cuando el nuevo presidente de Globovisión es Juan Domingo Cordero Vale, primo hermano de José Vicente Rangel Vale. La información que al principio manejábamos era que al programa Buenas Noches sería reducido a una hora y un poco de lo mismo le aplicaría al programa Alo Ciudadano para buscar reacciones, pero la “imprudencia” de Kico de criticar un acuerdo que hubo entre el diputado Ismael García y los nuevos dueños de Globovisión para rescindir un contrato de trabajo, apresuró la situación y provocó la salida del aire de Buenas Noches.

Siempre hemos defendido y seguiremos defendiendo la libertad de expresión y el derecho que tiene la gente a recibir información, pero ningún canal de televisión ni estación de radio están obligados a transmitir en vivo ninguna rueda de prensa o acto público de ningún político, y por eso nadie puede sentirse vetado. Así como defendemos la libertad de expresión y el derecho a la información, también hay que respetar la libertad de empresa y la propiedad privada. Si los nuevos dueños de Globovisión deciden no transmitir en vivo hay que respetarlo, lo que no podemos aceptar es que en diferido en los noticieros no transmitan la información de los políticos y dirigentes que declaren o den ruedas de prensa.

Condenamos el cierre de cualquier medio de comunicación social o programa en particular, pero la arrogancia y la soberbia son enemigas de la negociación. En una transición empresarial no se debe decir, si no me aceptan mis condiciones me voy. La libertad de expresión no es monopolio de nadie, y quien conduzca un programa de televisión o de radio, debe darle cabida a todos los sectores y no convertirlo en una trinchera para favorecer a un sector determinado o persona en particular.

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Con la venta de Globovisión hay dos ganadores, el gobierno que en tratará de bajarle el volumen a la crítica en el canal de noticias y Guillermo Zuloaga que vendió unos equipos viejos y una señal que tenía los días contados a muy buen precio. Se habla de millones de dólares.

Por: Gerónimo Figueroa

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