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El mal olor de un pasajero en un vuelo de la aerolínea Transavia que hacía la ruta regular entre Gran Canaria y Ámsterdam obligó esta semana a realizar un aterrizaje de emergencia en Faro, Portugal. En la ciudad portuguesa, fue atendido con un protocolo de urgencias.
Ya abandonado el espacio aéreo del archipiélago, algunos pasajeros comenzaron a quejarse a la tripulación por el hedor que desprendía un pasajero, un hombre del que la compañía Transavia no ha aportado datos. Es posible que fuese un turista vacacional o alguien relacionado con el sector naval que regresaba a su tierra vía Holanda.
«Olía peor que un cadáver podrido», dijo este fin de semana Van Hau, un pasajero que vino a Gran Canaria de turista a disfrutar de sus aromas y colores primaverales.
A medida que el vuelo avanzaba, las protestasfueron creciendo. Y el piloto activó un plan de emergencias. Se puso en contacto con la torre de control de Faro, en Portugal, y aterrizó. Uno de los pasajeros debió recibir tratamiento y el personal de cabina atendía a otros usuarios de Transavia que no paraban de vomitar.
Nariz tapada
Peter Van Hau afirmó este fin de semana a una cadena belga de televisión que «el hombre ha estado sin lavarse durante meses» y que «otros pasajeros estaban gritando y se tapaban la nariz con un pañuelo».
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El pasajero se encontraba sentado en las inmediaciones de los baños traseros del Boeing de Transavia. En concreto, según ha podido saber ABC, en una de las últimas seis filas de la parte trasera. Los tripulantes de cabina echaron ambientador pero no hubo manera de acabar con el olor. El servicio de bebidas y comida fue suspendido también por el mal olor.
En el Aeropuerto de Faro, el pasajero fue conducido por la Policía en el interior de una ambulancia. Un equipo de limpieza debió descontaminar el avión, que tuvo un retraso de tres horas. Transavia confirmó a ABC el caso pero no quiso aportar datos por razones de privacidad del cliente.
