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El presidente de China, Xi Jinping, llegó el martes a Seattle para dar comienzo a una visita de una semana a Estados Unidos que incluirá reuniones con líderes empresariales, una cena de etiqueta en la Casa Blanca ofrecida por Barack Obama, y un discurso en Naciones Unidas.
Xi y su esposa aterrizaron en un 747 de Air China en Paine Field, junto a la enorme planta donde Boeing fabrica sus aviones más grandes, a unos 40 kilómetros al norte de Seattle. Allí fueron recibidos por el gobernador del estado de Washington, Jay Inslee.
El gobierno de Estados Unidos y las compañías buscan la firma de acuerdos comerciales y una mejoría de las relaciones con la segunda más grande economía del mundo.
Pero al mismo tiempo quieren mandar un fuerte mensaje por las acusaciones contra China por ciberespionaje y violaciones de la propiedad intelectual, la censura en internet, y los reclamos territoriales en unas islas en disputa en el Mar de la China Meridional.
El presidente chino visitará la planta de Boeing y la cercana sede de Microsoft Corp el miércoles.
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Más tarde se reunirá con Warren Buffett, el presidente ejecutivo de Apple Inc, Tim Cook, y el presidente de Amazon.com, Jeff Bezos, en una mesa redonda junto a una treintena de dirigentes empresariales de ambos países.
Las compañías tecnológicas locales buscan ampliar su acceso al mercado chino. Aunque no se logren acuerdos formales, la bendición presidencial «envía un importante mensaje a los líderes chinos» para que los ayuden, dijo Ed Lazowska, director de ciencia computacional de la Cátedra Bill y Melinda Gates en la Universidad de Washington.
No se esperan grandes anuncios en materia política durante el viaje de Xi, que concluirá con un discurso en la Asamblea General de la ONU el 28 de septiembre en Nueva York. Reuters.
