«Solo queda el circo», por @glimargica

Indudablemente la gente tiene derecho a divertirse en especial si ha estado demasiado ocupada quemándose las pestañas, perdiendo horas de sueño por levantarse y salir de su casa de madrugada para que las colas no le impidan llegar temprano al trabajo, so pena de ser sancionada. Por supuesto cualquier día libre es aprovechado para descansar de la agobiante labor que a cada uno le toca realizar.

Las fechas carnestolendas son una buena excusa para dejar de ir a la brega diaria. La mayoría de las personas se deja llevar por los pegajosos sonidos musicales de la Samba y el Calipso propios de la fecha y aprovecha para usar el disfraz que más se adapte a sus sueños, su personalidad o su bolsillo. Algunos optan por llevar solo un antifaz o unos espejuelos bastante grandes para ocultar su identidad y así poder disfrutar de su anonimato.

Los gobernantes, ya sean municipales o regionales, compiten entre sí tratando de ver quien contrata las mejores atracciones para que el pueblo se sienta feliz y dichoso de mover el esqueleto con artistas que únicamente había podido escuchar bien a través de la radio o en algún disco aunque sea de los piratas. A su vez invitan a propios y visitantes a hacer turismo en las hermosas localidades que tienen a bien dirigir.

Lamentablemente sentimos vergüenza ajena cuando tenemos a estos convidados entre nosotros y sabemos de sus sufrimientos debido a los huecos en las carreteras de nuestro estado y de los estados vecinos, con la suciedad y basura regada por doquier, la falta de señalización, autopistas y carreteras a medio construir con trabajos paralizados y sin muestras de estar trabajando en ellas.

Lo mas doloroso es que a nuestro parecer, todas estas carencias se podrían solventar con la gran cantidad de dinero derrochado en la elección de una reina, en la promoción de artistas nacionales e internacionales de aquellos que uno no tiene ni remota idea de cuánto cobrarán por sus presentaciones pero que por su fama se supone que debe ser un realero.

Tenemos muchos cantantes que ponen a la muchedumbre a delirar con ritmos modernos acompañados de gestos ridículos, algunos de ellos hasta obscenos, interpretando unas canciones cuyas letras están reñidas con las figuras literarias, para que todos disfruten y se olviden de los problemas que les aquejan y dejen de protestar, como en la actualidad lo está haciendo el pueblo venezolano luchando contra la inseguridad que le agobia, por los robos y crímenes que a diario se suceden en el país donde ya no estamos seguros ni en nuestras casas.

Ya casi no tenemos ni luz ni agua, vivienda no hay, no se le ocurra a usted enfermarse porque las medicinas están agotadas, los medios impresos de comunicación reducen sus páginas por no poseer las divisas necesarias para importar el papel necesario para editarlos, productos de aseo y de limpieza doméstica desaparecidos, la comida no solo está cada vez mas cara sino insuficiente y para obtenerla hay que hacer colas kilométricas pasando hasta seis horas bajo el inclemente sol.

Antes los gobernantes decían “al pueblo pan y circo” para mantenerlo contento, pero hoy en día para ocultar la escasez de pan se decretan días no laborables de manera que al pobre pendejo solo le quede el circo.

@glimargica / Gliceria Gil