«Tienen que pagar por los muertos» por Gerónimo Figueroa Figuera

Bajo ningún concepto podemos aceptar que lo ocurrido en Amuay fue un incidente o un accidente, sino que por falta de mantenimiento los venezolanos pudiéramos pensar que eso fue una tragedia anunciada y las muertes que se produjeron no pueden quedar impunes. Los negligentes en nuestra industria petrolera deben pagar por los delitos cometidos y no se les debe aceptar que hagan como los gatos cuando hacen sus necesidades diciendo que no paso nada, que la vida continua y que en breve se pondrán en marcha las operaciones en la refinería, obviando por adelantado una investigación seria que lleve a encontrar las causas de tan horrendo crimen.

Son hasta la fecha 42 muertos reconocidos oficialmente por el gobierno, pero a esto hay que agregarle los desaparecidos denunciados por familiares y los que pudieran surgir cuando se haga un verdadero inventario de lo que pasó exactamente el sábado 25 de agosto a la una de la mañana, fecha que sin duda marcará para siempre a los venezolanos, especialmente a las victimas sobrevivientes y familiares de los muertos en la tragedia.

Desde hace dos años la dirigencia sindical petrolera en Amuay denunció presuntas fallas en las operaciones de la planta refinadora de gasolina, sin embargo las autoridades de PDVSA y el gobierno nacional en vez de hacer lo que hace cualquier persona sensata y equilibrada, como es la de ordenar una investigación para ver la veracidad de las denuncias, lo que hizo fue ordenar una persecución contra los denunciantes por considerarlos enemigos de la patria y agentes del imperio que solo querían paralizar nuevamente la industria petrolera.

En ese mismo orden, periodistas presentes en Amuay después de producirse la tragedia que enlutó a Venezuela, recorrieron las zonas afectadas y los vecinos les contaron que horas antes de la explosión sintieron un fuerte a olor de gas que los obligaron a revisar las llaves de las tuberías surtidoras de las viviendas para asegurarse que no era por allí que salía el olor a gas y efectivamente las llaves estaban bien cerradas y horas después se produjo la explosión que Venezuela y el mundo ya conocen.

Con respecto a esta situación, una periodista de la cadena radial y de televisión colombiana, RCN, hizo lo que cualquier periodista serio y responsable hace, le preguntó al presidente Chávez sobre la versión del olor gas denunciado por los vecinos afectados y nuevamente los venezolanos vimos como el presidente antes que la periodista terminara de hacer la pregunta, la regañó y casi le pega, tratando de tapar la situación y hacer ver que todo era una conspiración contra el gobierno y PDVSA, alegando que en la refinería trabajan hombres y mujeres profesionales incapaces de sentir un olor a gas y no hacer nada.

Nosotros no dudamos de la responsabilidad profesional de los trabajadores, pero los expertos han dicho que pareciera que fallaron los protocolos de seguridad y eso es precisamente lo que debe buscarse con una investigación seria manejada por personas que conozcan la materia y no por quienes pretenden pagar y a la vez darse el vuelto. Lo que hay que aclarar es porque en 2011 solo se realizó el 21% de las paradas programadas para revisión y mantenimiento de la industria en todo el país y específicamente en Amuay se tenían programadas 9 paradas, pero se realizaron dos.

Según las leyes en este tipo de tragedia responden penal y civilmente los patronos, por eso es importante recordar que el presidente Chávez en aquel show con el pito al despedir a los 20 mil profesionales y técnicos de PDVSA, dijo que él a partir de ese momento asumía la responsabilidad de todo lo que pasara en la industria, por lo tanto él y Rafael Ramírez debe responder por los 42 muertos de Amuay.

 

Por: Gerónimo Figueroa Figuera