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Cuando celebramos un día más el periodistas, es bien lamentable la situación en que se encuentra el Colegio Nacional de Periodistas. Aquel impulso que le imprimieron sus fundadores a favor de la Libertad de expresión y el derecho a la información, la ética en el ejercicio profesional y el combate al ejercicio ilegal de la profesión, así como la seguridad social que deben tener los agremiados, quedó sepultado por la mala gerencia de los últimos 12 años de quienes han “gobernado” a nuestro Colegio.
Aquellas luchas libradas por la generación fundadora en la Asociación Venezolana de Periodistas y la continuidad que le dio la generación intermedia al Colegio Nacional de Periodistas, prácticamente quedaron para la historia en los libros de actas, si estos no fueron destruidos por obsoletos y tirados a la basura en estos tiempos modernos.
En esas dos generaciones siempre hubo afiliados y dirigentes con militancia partidista, que a la hora de las elecciones cada grupo templaba el mecate a su favor, pero cuando se trataba de defender los derechos gremiales jugaban como un solo equipo a cuadro cerrado. El gremio nunca fue gobiernero, ni plegado a las empresas, aunque algunos de sus dirigentes fueran militantes del partido de gobierno o trabajadores de alguna empresa periodística privada.
La discusión que sostuvo a principio de los sesenta la “chaparrita” pero gigante a la vez, Ana Luisa Llovera con el presidente Rómulo Betancourt cuando el partido comunista y el MIR alentados por el dictador Fidel Castro, se alzaron en armas contra la democracia. Ana Luisa Llovera era militante de AD y Presidente de la AVP. El gobierno de Rómulo detectó que en los sótanos de la Casa Nacional del Periodista se escondían algunos colegas pertenecientes al movimiento guerrillero, entre ellos Fabricio Ojeda. Rómulo amenazó a la “chaparrita” con allanar la AVP si no entregaban a los guerrilleros y Ana Luisa le respondió a Rómulo, que en la AVP no había guerrilleros escondidos y si era allanada, se pararía en la puerta para que le pasaran por encima a ella primero.
Otro de los cuadros cerrados que jugaron fue cuando fundaron el Instituto de Previsión Social del Periodista y por considerarlo vital para la protección social, lo protegieron de las competencias políticas electorales y entre todas las fracciones partidistas decidieron que la presidencia del IPSP la ocuparía un periodista militante del partido de gobierno para garantizar ciertos programas sociales del estado. Así fue como existió un consultorio del IVSS con médicos a tiempo completo en la AVP y cupos de viviendas a través del INAVI, entre otros.
El presidente Rafael Caldera en su primer gobierno construyó la Casa Vacacional de Naiguatá y Luis Herrera amplió sus instalaciones. Igualmente el IPSP para los meses de julio suministraba útiles escolares para primaria y juguetes en diciembre para los hijos menores de 12 años. Igualmente había un HCM para afiliados y familiares, seguro de vida y créditos para la inicial de viviendas. Hoy no hay nada de eso.
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En los actuales momentos es difícil conseguir apoyo del estado para ciertos programas sociales, pero la directiva del CNP tiene arrendada toda la planta baja, el sótano, el cine y parte del primer piso de la Casa Nacional que producen ingresos que los afiliados no conocen a cuanto alcanzan. Las directivas del CNP en los últimos 4 años solo se han dedicado a elaborar comunicados muy tímidos y a viajar al exterior. En Venezuela cada día es mas difícil ejercer el periodismo y la dirigencia gremial no ha respondido a las circunstancias, pero nuevamente los que han gobernado al CNP en los últimos cuatro años, sin presentar un balance de gestión, pretenden seguir haciéndolo.
La ausencia es tan cierta que no supimos que hizo la seccional Caracas el 27 de junio de 2012
Gerónimo Figueroa Figuera
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