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Venezuela elegía el domingo a más de 2.000 concejales en medio de la apatía general y una agobiante crisis económica, mientras el presidente Nicolás Maduro denunció una nueva “conspiración de la Casa Blanca” para desestabilizar a su gobierno.
La nación OPEP vive su peor crisis de la historia moderna con una recesión que ya dura cinco años y una hiperinflación que el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que cerrará 2018 en un millón por ciento.
Los principales partidos de oposición no concurren a la elección del domingo, tanto como se abstuvieron en los comicios de mayo en los que el presidente Maduro ganó una cuestionada reelección.
Tras sufragar en Caracas, Maduro dijo que en los próximos días ofrecería “detalles y datos de la conspiración que viene de la Casa Blanca”.
“Hoy está en marcha, y lo coordinan directamente de la Casa Blanca, un intento por perturbar la vida democrática de Venezuela y por intentar un golpe de Estado”, agregó Maduro en una declaración transmitida por emisora estatal y en la que preguntó en varias ocasiones sobre cómo iba el partido final de la Copa Libertadores entre los equipos argentinos Boca y River.
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No es la primera vez que el mandatario hace tales denuncias.
En diferentes puntos de Caracas y de otras ciudades del país, algunos mesas lucían vacías y sin filas de electores, según testigos Reuters.
En Punto Fijo, al noroeste del país, en algunos centros como la Escuela Josefa Victoriana Riera, de 2.510 electores inscritos, solo habían votado 366 hasta el mediodía y similar situación se presentó al inicio de la tarde en al menos otros dos colegios, según testigos Reuters.
En la ciudad central de Valencia, que fue un gran centro industrial ahora reducido por la crisis, María Eugenia Pérez, una abogada de 35 años, dijo en una panadería que no votará porque sería “validar un gobierno que es ilegítimo” y que dedicaría la jornada a comprar comida.
“No hay motivación en la gente. La crisis es un mazazo todos los días”, dijo el concejal opositor, Francisco Betancourt, de 47 años, en Barinas, en el oeste del país.
En la ciudad petrolera de Maracaibo, al extremo noroeste venezolano, Johan Matheus, de 46 años, dijo en un centro de votación que sufragaría “para que la revolución de afiance”.
Sin embargo, Matheus, obrero en la petrolera estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), dijo que “es necesario hacer correctivos, porque la cosa (económica) está fea”.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), el domingo son elegidos los 2.459 concejales de los 335 municipios del país.
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El CNE confirmó que la elección fue suspendida en una localidad del sur del país, donde grupos de derechos humanos denunciaron el sábado la muerte de un indígena presuntamente a manos de miembros de la fuerza armada.
