Yuca amarga: "Alcalde drogado de poder" Por @Emilio_Guzman - Lea Noticias

Yuca amarga: «Alcalde drogado de poder» Por @Emilio_Guzman

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Emilio_Guzman @Emilio_GuzmanMuchos pensadores han dejado su letra estampada en frases célebres sobre la transformación del hombre cuando llega al poder y el día de hoy parafraseando a alguno de estos, ratificamos que si se quiere conocer la verdadera conducta del hombre denle poder; con esta entrada permito referirme al Alcalde del municipio Bruzual en Anzoátegui, Maico Marrero, quien en nuestra parroquia Sabana de Uchire que lo vio nacer y crecer, siempre se caracterizó por ser humilde, “callaíto” y respetuoso, incapaz de alzarle la voz a nadie, colaborador de la escuela del caserío San Antonio de Chacual donde se desempeñaba como docente característico de un joven presto a la labor social; pero bastó y sobró que el “hombre bueno” resultara electo alcalde por el voto popular para que se transformara en un ser arrogante, intocable y déspota, a quien se le olvido por completo las penurias que sufrió cuando cursaba estudios y necesariamente tenía que salir del pueblo dando “taparazos”, un tramo caminando, otro encaramado en un camión plataforma y el ultimo en autobús, soportando las limitaciones de un servicio de trasporte deficiente y de una vialidad deteriorada . Pero la gente se embriaga de poder, se endiosan al punto que borran toda su historia y lo peor de todo es que descargan su ira en perjuicio de quienes aún claman por ese servicio público que aún no satisface sus necesidades.

El pasado miércoles a las 3:30 de la tarde se apersonó el ciudadano gobernador Aristóbulo Iztúriz a la carretera que conduce a Sabana de Uchire, específicamente al puente El Chavito, el cual se está rehabilitando debido al colapso de días anteriores, que ocasionó entre otras cosas la interrupción total del tránsito vehicular, situación que obligaba a propios y a visitantes a realizar transbordos de vehículos, previo al paso obligatorio de las personas entre las aguas, que muchas veces permanecían “enchumbados” hasta llegar a sus hogares. Como es normal el Gobernador quien estaba en compañía del Alcalde de Capistrano, Alexander Nasser, fue abordado por los vecinos quienes exigían la culminación de la obra, compromiso que asumió subsanar en los próximos días, retirándose las autoridades en absoluta cordialidad; pero pasada las 10y20 de la noche, se aproximaban al mismo lugar de la obra una caravana de camionetas “burguesas” de último modelo, por la parafernalia todos pensaron que se trataba del mismo gobernador o de algún ministro, pero no, del tercer vehículo descendió –cual murciélago- el Alcalde del municipio Maico Marrero, resentido porque había sido reprendido por la primera autoridad del Estado, descargando improperios en contra de todos los presentes, pero no fue suficiente su incapacidad de no haber cumplido con el empuje de la obra, sino que la intolerancia lo llevó a ofender a quienes válidamente reclamaban en el sitio. La situación fue tal, que los malandros que utiliza como escolta esgrimieron armas de fuego y propinaron sendos cachazos a quienes se encontraron en el camino. Pero todo no quedo allí, además de “coñazeados” los vecinos Henry Managua y Leonardo Zapata fueron arrestados por orden del Alcalde, privados de su libertad ilegalmente, y además de ser las verdaderas víctimas de este atropello gubernamental terminaron encerrados cual victimarios.

Esta forma de actuar agavillante y delincuente no es primera vez que ocurre en este círculo nepótico, días atrás el mismo burgomaestre se presentó en la sede de protección civil en Clarines y por el simple hecho de que el rescatista de guardia no corrió hasta la camioneta a rendirle pleitesía, fue humillado a punta de pistola por los mismos malhechores que hoy vejan a paisanos uchireños.

El abuso de autoridad es un delito que comete quien investido de poderes públicos realice en su gestión actos contrarios a los deberes que le impone la ley, por lo que aflige la libertad de las personas, las intimida o de cualquier manera les causa burlas (Humillación), agravios morales o materiales, de igual forma es un delito doloso que comete el que actuando en calidad de funcionario público dicta órdenes contrarias a las Constituciones o leyes nacionales o municipales.

Por Emilio Guzmán Rojas

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