Yuca Amarga: «Crímenes políticos», por @Emilio_Guzman

Ni siquiera los sabuesos del CICPC habían terminado de colectar las evidencias de interés criminalístico donde yacía el cadáver del Diputado Robert Serra, cuando ya algunos voceros del gobierno estaban lanzando “bolas” con la intención de preparar al pueblo espectador y mantener la raya de la división bien marcada, pero esta vez con tinta de sangre y color de muerte.

Ningún venezolano pensante pudiese sentir regocijo con las muertes de Robert Serra y María, es un hecho repudiable por todos; doble homicidio que además de diabólico, fue cobarde, absurdo y nutrido de un revanchismo característico. Pero de allí a que dirigentes de la talla de la Diputada Blanca Eckaut acusen directamente a los dirigentes de la oposición venezolana de la autoría sin tener ningún tipo de pruebas es una verdadera irresponsabilidad, y más que ayudar a esclarecer los hechos, le hacen un flaco favor a los verdaderos responsables que como en muchos otros casos, los crímenes han quedado impunes.

Lamentablemente a muchos les importa más el show politiquero y el centimetraje amarillista que descubrir la verdad, y eso está ocurriendo cada vez que un dirigente pierde la vida y no solo trágicamente, aquí se dan el tupe de aseverar que inoculan células cancerígenas para desaparecer físicamente a los socialistas que ostentan el poder. El hecho con mayor relevancia ocurrió hace unos diez años, un atentado terrorista al Fiscal Danilo Anderson, a los pocos segundos ya habían acusado a políticos de la “derecha” y a los medios que financia el imperio, la escena del crimen era el propio circo, cientos de personas contaminando el lugar de la muerte como a propósito, curiosos tomándose foto al lado del cadáver chamuscado y los ministros, gobernadores, diputados y hasta el mismo vice-presidente de la Republica rindiendo declaraciones al lado de lo que según fue una explosión; ustedes creen que unos terroristas en contra del gobierno no hubiesen aprovechado la oportunidad para hacer una reacción en cadena y donde estaban concentrados todos “cual” gallera, accionar un segundo artefacto y magnificar el atentado? Porque los dirigentes se sentían tan seguros y los organismos de seguridad no podían desalojarlos del lugar? Inventaron testigos como Geovany Vásquez que luego les enredaron la vaina, ocurrieron enfrentamientos dudosos y presuntamente consiguieron los explosivos en la mesa de comer de la familia López Castillo, vayan al carajo. Las dudas siguen intactas y quien escribe como conocedor de la materia de explosivos no creo en las conclusiones que arrojaron.

Otro fue el caso del Teniente Eliécer Otaiza, las guacharacas replicaron al unísono que fue una muerte selectiva ordenada por el imperio, el resultado fue hampa común, robo, delincuencia desatada, ese fue un caso fortuito, se determinó que el hoy occiso se había echado unos tragos y de regreso a su casa peló la vía cayendo en el peligroso barrio La Palomera de Baruta, a Dios gracias los pesquisas no se dejaron embaucar por los políticos y dieron con el paradero de los choros, hoy bien presos.

Aquí en Anzoátegui en septiembre de 2013 el hampa cobro la vida del Diputado Regional Omar Guararima y su esposa, al día siguiente el Gobernador Aristóbulo Izturiz declaró: “no creo en la hipótesis que el vil asesinato del diputado fue por el hampa común, pues tengo la convicción moral que es un crimen político para amedrentarnos, porque son dos luchadores sociales”. De igual forma el Presidente del Parlamento Regional, Diputado Nelson Moreno manifestó: “ hoy más que nunca está amenazada la patria, hay que luchar contra el sicariato y contra los paramilitares que pasan la frontera para asesinar lideres nuestros y luego confundirlos con delincuencia organizada. Por eso el mejor homenaje que los anzoatiguenses podemos hacerle a Guararima es derrotar la violencia y el fascismo en las próximas elecciones regionales el 08 de diciembre”.

Ojala que el odio expresado por Diosdado Cabello y los mensajes subliminales que lanzo al lado del féretro, no sea más que una estrategia de distracción para lograr poner ante la justicia a los responsables, ya que crímenes como este donde los homicidas descargaron toda su rabia en la humanidad de personas desarmadas, merecen ser castigados de forma ejemplarizante.

Por Emilio A. Guzmán Rojas