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Lo que inicio siendo como un hecho “estratégico” delictual, digno de investigación profunda por parte de los organismos que intentan frenar la delincuencia organizada en nuestro país, resultó ser el trapo rojo y el guion farandulero perfecto para cualquier dramaturgo latinoamericano.
Es ampliamente sabido por la opinión pública que la Srta. Jimena Araya, conocida en el mundo artístico como “Roseeta”, fue imputada por la supuesta colaboración de fuga del delincuente (a) Niño Guerrero, valiéndose de sus grandes atributos a través de servicios profesionales a domicilio carcelario, pero la situación va mucho mas allá, será que pretenden hacer creer a los venezolanos que dos “tetotas” van a descuidar la atención de todos los negocios lucrativos que se efectúan en los centros penitenciarios, pues no nos crean estúpidos, en los penales de este país la Guardia Nacional y las autoridades administrativas forcejean para ver quien se lleva la mejor tajada por el trafico de fusiles, pistolas, artefactos explosivos, cocaína, marihuana, crack, licores, incluso los niños y/o las niñas que ponen en las garras de los hambrientos pedófilos que se encuentran privados de libertad, por eso estamos completamente seguros que el cuento de que las mujeres que se explotan de lo bueno no es mas que una ínfima diversión permitida a quienes mejor se bajan de la mula, entonces podemos concluir diciendo que detrás de Rosita no existe sino una cortina de humo para tratar de descuidar la atención del ciudadano.
Cuando los sabuesos supuestamente determinaron la participación de la fémina en el hecho delictivo, todos los gendarmes salieron a la caza de esta valiosa presa, CICPC, Policía Nacional, Policías Estadales, Policías Municipales, DIM, GN, Ejercito, Policías Comunales, los Soukoil, los avioncitos sin tripulantes, boys-scout, la Cruz Roja, Sebin (DISIP), en fin, descuidaron –mas de lo que la tienen- la seguridad ciudadana participando activamente en el show, pero que casualidad que justamente que dentro de los tres días fatídicos, utilizados por las señoritas rectoras del CNE para violentar la norma, hacer las migraciones corruptas y cambiar en el tarjetón los candidatos que le faltaban al PSUV, enganchan a Rosita comprando tinte de pelo, logrando acaparar el mayor centimetraje de los medios de comunicación generando una matriz que contrarrestó la aberración del ente electoral.
No estoy de acuerdo con quienes comparan el tratamiento que da la justicia venezolana a la Jueza Afuini con el caso Rosita, nada tiene que ver el rabo con las pestañas, lo que si debemos de internalizar de una vez por todas es que la justicia no es ciega y tiene una inyección diferente para cada paciente, eso depende si adversa o no al PSUV, ahora cabe preguntarnos, a quien imputaron por la fuga masiva del Rodeo II cuando estaba al frente de las operaciones del desalojo el ex-ministro Tarek Elaisami? o mas bien vayamos a lo que ocurre en las policías regionales y locales, sabían ustedes que el 60% de las tropas policiales en Anzoátegui no prestan servicios de prevención del delito, ya que se encuentran en actividades de custodias a personas que les decretaron medidas privativas de libertad, pero que les ordenaron la reclusión en cualquier casilla policial o residencia dependiendo de su estatus económico o político, cada uno de estos ingredientes se añaden en el emporio del Estado delincuente. Les voy a citar el ejemplo de Bruzual en Anzoátegui, con que moral puede dar seguridad un policía honesto, quien ve ante sus ojos como el alcalde y su entorno ordenan la libertad de un narcotraficante aprehendido en flagrancia con un alijo de cientos de matas de marihuana, o quien es subordinado a “directivos” solicitados por el delitos de robo o extorsión, o que tengan que guardar silencio cómplice cuando se desaparecen del cuarto de evidencias armas, dinero y droga, o peor aun ser testigos de la venta al hampa común de motocicletas de alta cilindrada recientemente entregadas por la Policía Nacional, o es que hay millones de Rositas?.
Por Emilio Guzmán Rojas / @emilio_guzman