La denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta argentina, que desató una grave crisis política y colocó en el ojo del huracán a Cristina Fernández, ha quedado prácticamente en el olvido y archivada en un juzgado de instrucción.
La Cámara de Casación argentina decidió el martes archivar la demanda del fiscal, que ya había sido rechazada por sucesivas instancias judiciales.
Nisman fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza en su domicilio, en circunstancias aún sin aclarar, el pasado 18 de enero, cuatro días después de acusar a Fernández y a varios de sus colaboradores de encubrir a terroristas iraníes sospechosos de atentar con la mutua judía AMIA.
El fiscal basaba su demanda en el memorándum de entendimiento alcanzado entre Argentina e Irán en 2013 y argumentaba que incluía encubrir a los autores del atentado, que dejó 85 muertos en 1994, a cambio de un acuerdo comercial -granos argentinos por petróleo iraní- en una coyuntura de crisis energética en Argentina.
El fiscal Javier de Luca, encargado de impulsar la denuncia ante la Cámara de Casación, consideró que Nisman no acreditó la existencia de tal delito y desistió de avanzar en la causa.
De Luca subrayó en sus argumentos que el memorándum de entendimiento con Irán nunca entró en vigor -está pendiente de aprobación por el Parlamento iraní-, que no hubo intercambio de petróleo por granos y que no existió ninguna gestión del Gobierno argentino para levantar la orden de captura internacional que pesa sobre los sospechosos iraníes del atentado.
«En esta causa, por más que se recorran todas las hipótesis de la denuncia, una y otra vez, no se logra encontrar delito alguno a averiguar y demostrar», concluyó el fiscal en su escrito a la Cámara.
Un final esperado tras los reveses judiciales que había sufrido la denuncia de Nisman, que ahora quedará archivada en un juzgado de instrucción.
Pero la gran incógnita, la que rodea a la muerte de Nisman y los motivos que le llevaron a denunciar a la presidenta, sigue sin resolverse.
En los cuatro meses transcurridos desde que fue encontrado muerto en su vivienda, la Justicia no ha logrado avanzar en la investigación, ni siquiera para determinar si se suicidó, tal como apuntan los indicios divulgados por la fiscal del caso, Viviana Fein, o si, como sostiene la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex pareja de Nisman y madre de sus dos hijas, fue asesinado.
Tampoco la Junta Médica reunida por Fein, con peritos de la investigación oficial y de la querella que encabeza Arroyo Salgado, ha sido capaz de llegar a una conclusión en cuestiones tan básicas como la fecha de la muerte.
No se ha aclarado el papel del ex jefe de Operaciones de la Inteligencia argentina, Jaime Stiuso, en el caso, ni las relaciones de Nisman con los servicios de inteligencia de terceros países, ni menos aún el origen de los fondos de cuentas en Estados Unidos no declaradas por el fiscal.
Mientras la Justicia parece incapaz de llegar a una conclusión, la imagen de Nisman se deteriora progresivamente con la difusión de fotografías en las que aparece acompañado de jóvenes modelos y de informaciones sobre sus vida personal.
El Gobierno argentino no ha dudado en relacionarle con la derecha republicana de Estados Unidos e incluso con fondos especulativos estadounidenses que litigan contra el país por el pago de una deuda.
Cuatro meses después de una muerte que provocó una grave crisis política y un importante desgaste en la imagen de la presidenta, Cristina Fernández ha recuperado posiciones y el caso Nisman corre el riesgo de sumarse a la larga lista de expedientes sin resolver que acumula la Justicia argentina.
Una lista en la que ya figuran los atentados contra la AMIA y contra la embajada israelí en Buenos Aires.
Fuente: [EFE]