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Es hora de acabar con el mito, ya que si bien el ambiente frío nos ayuda a conservar mejor algunos ingredientes, hay otros que simplemente no deben quedarse dentro del refrigerador.
Cebollas: este vegetal pierde todas sus propiedades cuando lo metes en una bolsa de plástico y al congelador. Debemos conservarlo al aire libre, en un lugar fresco y sin pelar. Cuando ya está rebanada o picada, lo más óptimo es guardarlo en un recipiente de vidrio.
Melón y sandía: se componen esencialmente de betacaroteno y licopeno, mismos que se deterioran al estar refrigerados. Igualmente, sus antioxidantes se pierden cuando los metes enteros al refrigerador.
Ajo: este condimento corre el riesgo de brotar en temperaturas bajas. El ambiente ideal es seco y oscuro.
Papas: un error muy común es lavar las verduras para después guardarlas en el refrigerador. En el caso de las papas, deben permanecer sin lavar en una caja de cartón, ya que si se conservan con humedad pueden almacenar hongos.
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Miel: si la mantienes en el refri, notarás que además de hacerse mucho más espesa, se cristaliza. Lo mejor es mantenerla a temperatura ambiente en un lugar seco.
Café: mucha gente argumenta que el aroma del café se mantiene más fuerte en ambientes fríos, sin embargo es todo lo contrario. Debes guardarlo en un recipiente hermético y en ambientes secos para que no pierda su frescura.
Pan: el pan a la panera, así de fácil. De esta manera se conservará más tiempo. Si lo metes al refrigerador se echará a perder más rápido. Puedes congelar trozos pequeños.
Esperamos que con esto logres conservar más tu comida y en mejores condiciones para que siempre estén al punto cuando decidas cocinar un platillos.
Fuente: [elgourmeturbano.com]