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El sol es la mayor y mejor fuente de vitamina D para la piel y la salud. ¿Qué puede ocurrirnos mejor que tener la protección de una estrella que nos otorga larga vida? Sí, he dicho bien, no sólo vida, sino larga vida.
Soy consciente de que todo lo relacionado con tomar el sol no goza de muy buena fama debido a la proliferación del cáncer de piel en los últimos años. Lo primero que quiero aclarar antes de explicaros las que son para mí las grandes bondades de pasar un rato bajo los rayos del astro rey, es que siempre hablo desde el máximo respeto a los consejos de otros expertos, en este caso, dermatólogos.
Así pues, vaya por delante que nada de tomar el sol sin protección total a las horas de máximo riesgo -si es posible no exponerse a estas horar, mejor-, los bebés nada de playa y los más pequeños, camiseta y gorra.
Dicho esto, volvemos al principio. El sol es uno de los grandes responsables de la longevidad de los seres humanos. Nos ofrece la vitamina D que refuerza nuestro sistema inmunológico y nos protege frente a diversas enfermedades. De hecho, la mayoría de las personas con las defensas bajas sufren esta condición por un déficit de vitamina D3.
¿Cómo se produce este proceso a partir de la radiación? Bajo la piel disponemos de un tipo de colesterol, que al ser estimulado por los rayos del Sol se encarga de crear vitamina D3. Por tanto, obviamente, para que esto ocurra, tenemos que exponernos a estos rayos. Pero la mayor parte de nuestra vida la pasamos tapados -en algunas zonas más que en otras, en función del clima-, y cuando vamos a la playa lo hacemos con una barrera sobre la piel: la de las cremas con filtro solar.
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Para poder beneficiarnos de los rayos uva sin correr peligro de lesiones o manchas os aconsejo tomar el sol sin crema de diez a quince minutos. (os recuerdo que nunca de 12 a 16 horas) Con esto será suficiente para que el cuerpo genere los niveles de vitamina D3 que necesita para protegerse. No obstante, ¡cuidado!, nunca hay que llegar a quemarse. Lo mejor es que en lugar de usar cremas que te obligan a ducharte después -y ahora verás por qué no te recomiendo eso- te tapes directamente con ropa ligera.
Un dato curioso: la gente que tiene cáncer de piel por quemarse excesivamente suele tener mucha vitamina D3 en su cuerpo, y menos posibilidades de desarrollar otros tipos de cánceres. Esto desde luego no es algo positivo, simplemente es un detalle para entender porqué debes tomar el sol, pero con protección.
La razón por la que debes evitar ducharte tras tomar el sol es la siguiente: la piel genera la vitamina D3 en su parte más externa, de tal manera que si a continuación la frotamos con jabón, la eliminamos. Lo mejor es no lavarse con jabón en 48 horas para permitir que se reabsorba. Lava solo zonas susceptibles de generar olor, como axilas, o partes íntimas.
Padecemos a nivel global un déficit de esta vitamina, a excepción de aquellos que viven en el ecuador del planeta. Es importante que controles por tanto tus niveles de esta hormona mediante análisis, para saber si dispones de la cantidad suficiente.
Otra cualidad que hace de la vitamina D3 un elemento importante es el hecho de que es la responsable de activar más de mil genes en el cuerpo. Además, es un antibiótico natural, y también es de gran ayuda para quienes padecen problemas respiratorios. Por eso antes a los enfermos de tuberculosis se les recomendaba tomar el sol.
Otro suplemento fantástico de vitamina D3 es el aceite de hígado de bacalao. Las que tengáis más edad recordaréis que de pequeñitos los doctores lo recomendaban como un reconstituyente natural cuando estábamos enfermos.
Ya sabes, si puedes, ¡toma el sol para mejorar tu salud!
Fuente: [nosotras.com]