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El país se enfrentará a dos estilos diametralmente opuestos de hacer campaña y de ver el mundo. Una visión de la política construida sobre el debate, la transparencia, el trabajo de base, discutiendo de tú a tú con los vecinos frente a otra militarista, ideologizada, acostumbrada a mandar y enajenada de la realidad del país producto del inevitable proceso de aislamiento que provocan 14 años en el poder sin haber resuelto los problemas de la gente. El candidato del pasado ya no tiene cara con que ver al pueblo para decirle que faltan seis años más a ver si algo les llega.
Comenzó la campaña. El oficialismo quemó muchos de sus cartuchos en la fase preparatoria. La guerra de encuestas sólo sirvió para que un grupo de vivos se quedara con millones que seguramente provienen de los impuestos ciudadanos. Luego intentaron satanizar a Henrique con las más descabelladas y viles descalificaciones, desde majunche hasta ladón, cachorro del imperio, homosexual, bobo, consumidor de sustancias extrañas y lo último, amenazarlo veladamente con quitarle a él y a millones la nacionalidad, ya que quienes no compartan la tesis de una Venezuela atrasada y dividida, según el mismísimo jefe de estado no SOMOS VENEZOLANOS.
Me viene a la memoria los discursos grandilocuentes de Hitler o Milosevic o el intento de segregación racial en Sudáfrica. Guardando las distancias, todo discurso que llame al desconocimiento de una parte de la población por razones políticas, conlleva al enorme peligro de derivar en persecuciones, encarcelamientos y en casos extremos hasta el exterminio, como nos demostraron las experiencias de Alemania y la antigua Yugoslavia.
La candidatura de @hcapriles plantea una opción muy distinta a lo anterior, más parecida al proceso de reunificación y reconciliación liderado por Mandela en Sudáfrica, en donde a pesar de los graves atropellos cometidos y las sobradas razones que había para un gobierno revanchista, la visión de un país mejor para todos los sudafricanos se impuso por encima de la sed de venganza. La nueva mayoría que estamos construyendo debe distar mucho de la mayoría circunstancial que tuvo este gobierno en su momento, nosotros no podemos insultar, discriminar ni dividir.
El jefe del comando de campaña @armando_briquet decía un símil que me parece adecuado para describir el tramo que nos separa del 7 O: “Tendremos una carrera entre el correcaminos, representado por Henrique y el coyote que ustedes saben quién es”. Aquel cómic inspirado en la novela de Mark Twain “Pasando fatigas” (Roughing it) describe como un coyote desesperado usa trampas marca Acme que siempre se revierten en su contra. Esta figura si bien es muy parecida, se diferencia en que nuestro coyote se asemeja más a un dinosaurio, no por su tamaño sino por su carga de pasado y anacronismo en su visión de país.
Afortunadamente el correcaminos no está solo, cuenta con millones de compañeros de camino para sortear todas las trampas y abrirle al país las oportunidades que Mandela también le abrió a Sudáfrica.
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Por: Carlos Valero / @carlosvalero08