Candelariazos: «En Venezuela la verdad es delito» por @BarretoSira

¡Sí! En nuestra Venezuela la verdad se ha convertido en un delito, aquí en los tiempos de revolución decir que existe escasez de alimentos, que están torturando a los estudiantes, denunciar que las autoridades son incapaces se transformó en un hecho de “lesa socialismo” y te condenan sin juicio ni pruebas.

Aquí vivimos la época del lejano Oeste cuando la delincuencia es reina y donde los ciudadanos trabajadores y correctos son víctimas de los atropellos de aquellos que poseen el poder.

No obstante es un hecho, igualmente cierto, que este pueblo se cansó ya de las mentiras y de las negligencias de quienes están ocupando el poder, porque aquí no hay tontos, los venezolanos estamos peor que hace 15 años, el país está arruinado totalmente, mientras que ellos, los “socialistas, han engordado a costillas del 99% de la población.

Usted en esta era socialista tiene que hacer colas interminables para comprar dos o tres productos y eso es rogándole a Dios que cuando llegue su turno todavía el producto existe, porque a más de uno le ha pasado que luego de tres o cuatro horas, tal vez más, cuando está a punto de llegar al llegadero alguien dice “señores se acabó lo que se daba, vengan mañana”.

Es triste ver los anaqueles de los centros de alimentos vacíos y más triste es que al denunciar este tipo de cosas la reacción del Gobierno sea insultarte, agredirte o menospreciarte y en el peor de los casos silenciarte con una prisión injusta.

¿Cuántos presos políticos tiene este Gobierno? Van muchos, Iván Simonovis, los alcaldes Enzo Scararo, Daniel Ceballos, el líder de Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, y paremos de contar porque la lista es extremadamente larga.

Y no me vengan con el cuanto aquel de que “son políticos presos”, porque ya sea con la una u otra expresión lo cierto es que son venezolanos que están privados de su libertad por caprichos de un régimen que le tiene alergia a la crítica y a la oposición, porque son autoritarios.

La crisis que atraviesa el país es producto de la incapacidad de quienes controlan el poder, es producto de su ceguera política, de su inmadurez y sobre todo de su sordera genética, porque ellos son necios a la hora de aceptar las críticas y/u opiniones de otros.

El sabio es aquel que escucha y ya prende, y lo que vemos del Gobierno es que ellos prefieren hablar, y taparse los oídos, cometiendo más y más errores en vez de aceptar las posiciones de otros.

En estos tiempos, con el madurismo en el coroto, se ha agudizado la persecución en contra de quienes nos atrevemos a levantar nuestras voces y a pedir respeto para el pueblo de Venezuela.

Leí una pancarta, en medio de una de las tantas manifestaciones que han protagonizado los valientes estudiantes del país, que decía que “las balas no tienen color político, que matan a socialistas como a demócratas”, en otra decía “Papá salí a luchar por Venezuela” y una tercera que me llamó poderosamente la atención se esbozaba que “Algunos dicen que perdemos el semestre, aunque no perderemos el país”.

Estas verdades son las que censuran desde el Ministerio de Información y Comunicación del gobierno de Nicolás Maduro, son los enunciados populares que mueven los cimientos de un sistema que está canceroso, que se ha agotado en el tiempo, que decepcionó al pueblo.

Las consignas que los jóvenes dicen, las declaraciones de dirigentes como María Corina Machado y Antonio Ledezma, como tantos otros, son las que el régimen considera infracciones.

Leopoldo López es señalado judicialmente por “decir” algo, lo que es la mayor evidencia que la palabra es uno de los más grandes temores del madurismo, por eso desde esta tribuna seguiremos de pie, firme, diciendo las verdad que a Miraflores no le agradan.

Por Antonio Barreto Sira