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Tomar un café por las mañanas es costumbre de muchas personas, por gusto, para despertar, para mantenerse concentrado durante el día, entre muchas otras razones. Sin embargo, la droga más popular del mundo también la consumimos en otras bebidas. Así lo reseña xeu.com.mx:
¿Cómo es que después de 15 minutos empezamos a sentir su efecto y en ocasiones puede durar tanto tiempo? La cafeína bloquea la acción de la adenosina, molécula que le dice a nuestro cerebro que se siente cansado.
Midiendo los efectos entre consumidores potenciales de esta sustancia y quienes no lo son, se descubrió lo siguiente:
Los usuarios frecuentes de cafeína parecen estar más alerta, despiertos y atentos después de consumir cafeína.
Sin embargo, independientemente del consumo de cafeína, los no usuarios se desempeñaron tan bienen en los tests como los usuarios frecuentes.
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Cuando los no usuarios consumieron cafeína, se sintieron más despiertos, pero también más nerviosos. Desafortunadamente, su nivel de atención y agudeza mental no mejoró.
La cafeína mejoró las capacidades motoras durante las pruebas de rapidez al golpetear con los dedos tanto en los consumidores frecuentes como en los no consumidores.
La cafeína puede mejorar los efectos físicos del consumidor, pero mentalmente reaccionan igual las personas que no la ingieren.
¿Será que nuestra mente se acostumbró al efecto de la sustancia y nos hace creer que sin una taza de café no funcionamos o no despertamos?
