A pesar de que ya se había observado antes, no fue sino hasta la década de los años ’30 del siglo pasado que el biólogo austriaco Konrad Lorenz descubrió que durante un «período crítico» de apenas 24-48 horas después de romper el cascarón, los recién nacidos gansos y patos siguen a cualquier objeto grande que se mueva.
No se sabe por qué los patitos tienen un «período crítico» durante las primeras 48 horas de vida.
Por el resto de sus vidas, preferirán seguir a ese objeto más que a cualquier otro, incluso a su mamá.
De hecho, Lorenz terminó adoptando a una gansa pues cuando ésta nació, él la estaba observando y la gansa quedó convencida de que Lorenz era su madre.
Es probablemente el mejor ejemplo de lo que se conoce como «troquelado», «impronta» o «impregnación»: el aprendizaje rápido que ocurre en una edad en particular.
El efecto, que no dura más de 48 horas, es más fuerte cuando los patitos están bajo presión, y dependen más de la visión que de otros sentidos.
Seguramente en el cerebro de las pequeñas aves ocurre un cambio crítico, pero hasta ahora los expertos no han logrado entender cuál es.
[Fuente: BBC Mundo]