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Cuentos macabros: la verdadera historia de La Bella Durmiente

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La mayoría de nosotros sabemos que las versiones que han llegado al siglo xx de ciertas historias representadas por Disney no tienen nada que ver con la versión original. Cuentos macabros convertidos en ilusión, amor y princesas. Un ejemplo es el de La Bella Durmiente, que en verdad sería la historia de Talía, una nena que nació con una maldición: la vida de la niña peligra si se acerca a una rueca de lino.

A pesar de los cuidados de sus padres, al cumplir quince años, la nena se pinchó un dedo, se clavó una astilla y cayó en un sueño tan profundo que sus progenitores la dieron por muerta. Ellos, empapados de pena, abandonaron el castillo dejando a su hija dormida sobre un lecho de piedra. Las salas se llenaron de musgo, las zarzas rodearon los muros, el silencio se posó sobre un reino abandonado. Todo cambió hasta que un solitario rey, por pura casualidad, en un día de caza, llegó hasta las fronteras y encontró a la hermosa muchacha dormida. Todo bien, pero acá es cuando se complica.

bella durmiente

Entonces, la versión antigua de aquella historia que todos conocemos como La Bella Durmiente, se llamaba Talía, Sol y Luna. Esta se publicó en napolitano en el año 1635 como parte de una colección de cuentos titulada Pentamerone, escrita por Giambattista Basile.
En esta historia no hay príncipe azul, sino un rey muy perverso que cuando se topó con la hermosa quinceañera de piel pálida en su alcoba, aprovechó que estaba indefensa para violarla. Luego regresó a su castillo al lado de su mujer.

Talía tuvo la mala suerte de quedar embarazada y pasando los nueve meses, entre la hierba salvaje, dio a luz a sus hijos Sol y Luna. En el cuento no queda claro quién les puso los nombres, pero así se llamaban.
Los bebés tenían que mamar, pero como no podían alcanzar los pechos, mordieron el dedo donde estaba la astilla y la sacaron, despertando así a Talía.
La mujer del rey se enteró de la existencia de los niños y los mandó a raptar para cocinarlos, pero el cocinero en vez de poner a los nenes, puso dos pollos y salvó a los pequeños.
Pero comerse a los bebés no le fue suficiente, por lo que mandó a quemar viva a Talía. Pero su marido dijo que si había que echar a alguien en la hoguera, mejor que fuera a la despiadada reina.

Sería difícil decir que una historia como ésta sería un cuento de hadas, pero en aquella época se usaban de esa manera. Madres leyendo estas horroríficas líneas a niños. Dejando de lado la inocencia para dar cabida al sexo, la violación de derechos y la escasa posición social que tenía la mujer en aquél entonces.

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Esta es la versión más antigua de La Bella Durmiente. Según iba pasando el tiempo, el cuento fue mutando y perdiendo la oscuridad con la que se inventó.La Bella Durmiente del Bosque es uno de esos cuentos. Y uno de los que más ha rebajado su carga tenebrosa con los años.

Por si tienen curiosidad, las dos versiones más conocidas son las de Charles Perrault, quien en su libro Cuentos de Mamá Ganso publicado en 1697 escribió Belle au Bois Dormant y la segunda es de los Hermanos Grimm, que en 1812 publicaron Dornröschen (Rosita de Espino).
Y a partir de una mezcla entre ambos, Walt Disney hizo la historia más popular estrenada en 1955. El cuento de Aurora y de la malvada Maléfica.

Fuente [Espacio360.com]

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