El artista de Nueva Jersey, Josué Kirsch, acaba de completar su última escultura interactiva llamada “Concentricity 96”, exhibida en octubre en el Grand Rapids Art Prize.
El dispositivo tremendamente futurista se presenta al espectador con un mango brillante blanco que puede ser movido en cualquier dirección, dando como resultado un espectáculo de luces fantástico.
Los interruptores integrados en el circuito de la escultura son activados por el mango magnetizado y traduce su movimiento en un despliegue de 96 luces LED rojas y blancas… Durante los últimos cuatro años Kirsch estima que dedicó cerca de 800 horas en la construcción de la pieza, mecanizando casi todos los componentes de aluminio y acero manualmente.
Concentricity 96 (2011) from Joshua Kirsch on Vimeo.
Kirsch comenta que gran parte de su trabajo es el fruto del deseo que todos tenemos, al entrar en un museo de arte, de tocar e interactuar con las exposiciones, pero generalmente esto no es posible. En este sentido, su obra de arte contradice la regla general de "no tocar", de hecho, se requiere de manipulación física directa para poder experimentar su obra plenamente.
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