El papa Francisco apareció sentado en un sillón blanco y no en el trono de oro que solía usar su antecesor, Benedicto XVI.
El Sumo Pontífice muestra humildad y austeridad en la Santa Sede.
En su primera semana en el cargo, ha saludado a los fieles sin su tradicional escolta de seguridad, y se ha negado a cambiar sus viejos zapatos negros, por los rojos que manda la tradición papal. Informó trome.pe