María José, empleada de un comercio de Poio (Pontevedra, España), fue víctima de un atraco. El ladrón llevaba el rostro cubierto con un pasamontañas y un cuchillo pelapatatas y le exigía que le diese toda la recaudación del día.
La mujer apenas había tenido clientes y tenía poco dinero en la caja. Comenzó a negociar con el atracador, que pedía que le diese 50 euros y al final se llevó sólo 15.
[Fuente: telecinco.es]