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Estado Zulia, el paraíso de las cerveceras

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El estado Zulia cabalga a paso acelerado para convertirse en el mayor consumidor de cerveza del país. El negocio cervecero deja cifras astronómicas donde cada quien busca su tajada. El consumo nacional es similar a llenar 800 piscinas olímpicas de cerveza por año, donde el zuliano se zambulle con éxito. Maracaibo es líder en ventas, seguido por Cabimas y Lagunillas. Solo Maracaibo resume la cantidad permitida de licorerías que la venden en todo el estado.

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Año 3.500 antes de Cristo. Ni señas de encontrar un zuliano rondando por la faz de la tierra formando su alboroto, o parado en un depósito consumiendo espumantes. Pero en ese año se asentaron las evidencias más antiguas sobre la producción de cerveza por los pueblos elamitas y egipcios.

De seguro que, si el zuliano se montara en una máquina del tiempo y tuviera la oportunidad de llegar a esos pueblos lejanos cuando hacían mezclas ingenuas, lo primero que haría sería darles una palmada en la espalda y sosteniendo una cerveza actual les soltaría: “¡Que fue mijo! ¡Molleja e’ invento ese, ve! ¡Se la comieron!”.

A lo mejor ese túnel del tiempo no viajaría solo al 3.500 AC nada más. Posiblemente se desviaría más lejos: al 10 mil AC, o al 6 mil AC, fecha en que otro grupo de historiadores consideran como las verdaderas supuestas fechas de la aparición de la cerveza, porque la ubican conjuntamente con la aparición del pan en el antiguo Elam, actual Irán.

Recetas muy densas entonces, nada light, como la que lidera el mercado zuliano ahora, pero a fin de cuentas, lo que importa es que en esos lugares tuvieron el chispazo inicial de producirla en masa para que ahora su comercialización sea uno de los motores de la economía zuliana, por supuesto, bajo mucha discreción, porque al hablar de ganancias sobre el negocio, la palabra “confidencial” será lo que más se tope uno en el camino de la investigación.

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También confidencial es la preparación porque la competencia de ocupar el liderazgo en el consumo que deja tantas ganancias con muchos “ceros” es semejante a una guerra con cuchillos en un ascensor. ¡Con todo!

Definitivamente Zósimo de Panópolis, escritor del papiro de Panópolis, en el siglo III —que contiene la receta más antigua conocida sobre la elaboración de cerveza—, no tenía idea de que centenares de años luego, sería un pecado escribir abiertamente cómo es la preparación de este rubro en el estado Zulia. Desde entonces hasta ahora, mucho se ha transitado en el negocio, y nosotros hemos caminado sin desgaste en él. Se puede decir que el territorio occidental es un verdadero paraíso cervecero.

¿De dónde se deduce eso? De una cifra. Dos mil millones de litros de cerveza al año se consumen en Venezuela, según informe emitido por la Cámara Cervecera del país, con sede en Caracas, de los cuales, el estado Zulia es uno de los caballos de guerra que cabalga fuertemente para ocupar el primer lugar nacional de consumidores.

Si no está a la cabeza ya, vamos muy cerca de los estados que comprenden la región central venezolana porque el Zulia tiene un público vasto —según el censo del Instituto Nacional de Estadísticas realizado en 2011 alberga a tres millones 704 mil 404 habitantes, cuya edad promedio es de 25 años—. Digamos que, la cantidad de cerveza que se produce al año en Venezuela es suficiente para llenar 800 piscinas olímpicas, y el zuliano nada en buena parte de ellas.

“El 2012 se comportó muy semejante al 2011. El segmento light sigue siendo el que más ocupa posicionamiento en el mercado representando más del 70% del consumo nacional total. Similar proyección hay en el Zulia. En nuestro país compiten Regional Light, Polar Light y Solera Light. La Brahma Light, que fue competitiva, decidió hace poco cerrar operaciones en el país. La Cervecería Polar es la líder del mercado nacional con más de 70% de penetración, seguido por Regional”, esboza el comunicado enviado por la Cámara Cervecera de Venezuela.

Para el cierre de 2009 se promediaba solo en Maracaibo la venta de unas 840 mil cajas que contienen 36 unidades, lo que traducía la adquisición de 30 millones 240 mil botellas en tan solo dos días, según indicaron desde la Asociación de Licorerías y Afines de la ciudad . La cifra se mantiene con fuerza.

Esas 30,2 millones de botellas vendidas en dos días dinamizan parte de la economía local y lo mismo ocurre con cada uno de los 21 municipios del estado.

De modo que a las cerveceras zulianas —Polar y Regional, ésta última que también adquirió la producción de la legendaria y elitesca Cerveza Zulia— , debido a sus ventas, les tienen encima el ojo avizor de la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas publicada en Gaceta Oficial N° 38.238, de fecha 28 de julio de 2005, reimpresa por error material en Gaceta Oficial N° 38.286, de fecha 4 de octubre de 2005, donde en un compendio de 68 artículos les afincan el 11, 12, 14, 18 y 19. Por citar un ejemplo, las obligan a cancelar 0,0006 unidades tributarias por litro, otros 0.0025 U.T por importar cerveza, otros 0.00005 UT porque expenden al público especies alcohólicas, 8,50% más sobre su precio de venta al público, y así con todo.

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Dinero. La cerveza mueve dinero.

“Solamente en el municipio Miranda, de la Costa Oriental del Lago, que es para nosotros una zona pequeña y donde normalmente no tenemos una participación abrumadora del negocio allá, se otorgan anuales 500 millones de bolívares fuertes en impuestos. Simón Bolívar (que junto con Santa Rita es una de las jurisdicciones de la subregión que concentra la menor cantidad de habitantes) nos cobra alrededor de 350 millones de bolívares fuertes anuales por ventas. En Maracaibo es muchísimo dinero que reciben por impuestos cerveceros. ¡Demasiados ceros!, porque es el municipio del Zulia donde hay mayor consumo del líquido. En la COL los municipios cerveceros son Cabimas y Lagunillas. En esos tres municipios zulianos (Maracaibo, Cabimas y Lagunillas) es donde está la fortaleza del consumo en el estado”, explica Marbella Valecillos, gerente de Trade Marketing de la región occidente, Zulia-Falcón, de una cervecería, quien deja fluir solo una parte de las cifras del negocio. Quizá por eso es que la inversión en mejorar la imagen corporativa de cada empresa cervecera en el estado se lleva un buen pedazo de la torta de ganancias, donde ya los impuestos tomaron su jugosa parte.

Cuarenta puntos distribuidores en Maracaibo y 40 repartidos en toda la Costa Oriental del Lago deben ser mejorados con pinceladas de cariño cada mes, por una sola de las dos cerveceras que producen espumantes acá.

Para acariciar las fachadas de esos 80 negocios distribuidores de cerveza al mes deben disponer de un recurso especial para mantenimiento, nada pírrico, porque la mesada puede rondar los 200 millones de bolívares fuertes al mes solo para los retoques de pintura, mejoramiento de instalaciones, sin contar lo que deben invertir para reparación y colocación de nuevos avisos publicitarios, porque eso es otro pedazo de la torta.

“El negocio es rentable pese a los gastos de inversión. Es que el consumo es tan grande que todavía resulta. El área más fuerte para nosotros es la zona sur de Maracaibo, ellos son los que llevan la bandera de mayor consumo en todo el Zulia. En esa zona siempre sobrepasamos el cumplimiento de los objetivos corporativos. Para el negocio cervecero acá, las licorerías comprenden el punto de distribución más fuerte. Luego atacamos los restaurantes y discotecas que no generan tanto volumen de venta, pues solo aportan pequeños consumos en el sitio”, agrega Valecillos.

En resumen, el negocio espumante no solo aporta impuestos —cuyos alcaldes mantienen discretos pese a que el recurso debe ser empleado para mejoras sociales en cada ciudad— , sino que también da trabajo a los propietarios de más de 1.500 licorerías solo en Maracaibo —según cifras de la Asociación de Licorerías y Afines de la ciudad—, sin contar similar cantidad de puntos en el resto del estado. Un agravio, ya que si se respetara la mencionada Ley que regula el negocio, el Zulia no debería excederse de 1.850 licorerías (está permitido una por cada dos mil habitantes), y solo un municipio resume casi la cantidad total de establecimientos permitidos. Eso sin contar que un estudio efectuado por la Cámara Licorera del Zulia en 2011 asomó que por cada establecimiento legal hay 15 viviendas que expenden cervezas de forma ilegal.

El zuliano, desentendido de tanta legalidad, en medio del calor abrumador de una tarde encendida se saciará con su friiíta “light”, con 64 calorías por botella, la que lidera las ventas en occidente. Otro sector conseguirá alivio consumiendo la tipo Pilsen, con 109 calorías por botella, una cerveza mayormente para el consumo de hombres y que es preferida en algunos puntos de la zona sur de Maracaibo y otros tantos en Cabimas. Por eso la imagen vendida a la pupila tendrá lo que a los hombres les gusta: mujeres bellas y deportes.

Diosa Canales, el desfile anual de las chicas Polar que posan para los calendarios en minúsculos bikinis, la misteriosa catira Regional con su sinuoso hilo dental, entre otros artistas, engrosan sus carteras solo por aparecer acariciando una botella. Ellos solo son una parte de quienes reciben ganancias por el negocio, como los distribuidores, productores, personal de marketing, publicidad, y hasta las picantes promotoras quienes al mes, son contratadas 120 por una sola cervecera, chicas jóvenes, bonitas y sensuales, para que promocionen el producto en inauguraciones, algún aniversario, fechas específicas o fines de semana.

“Yo soy trabajador petrolero y el viernes siempre me detengo en los depósitos para beberme unas friítas. Ýa es cuestión de cultura salir del trabajo y decir: ‘Vamos a beber’. Solo decirlo te da alegría. Fácil me puedo tomar en una sentada media caja. Cuando me afinco puedo tomarme caja y media yo solo. Te confieso que, cuando ya tengo varias en la cabeza, no paro de mirar los afiches lujuriosos de las muchachas semidesnudas que promocionan las marcas. ¡Esos de mercadeo se las saben todas!”, dice jocoso Alirio Montero, padre de cuatro hijos.

“Me gusta bailar y así comencé a beber cerveza. Es lo que me refresca. Al principio no me gustó el sabor. Ahora no me falta una caja el fin de semana. Cuesta alrededor de 140 bolívares. He pagado en días de asueto hasta 250 bolívares por una caja. He ganado concursos como mejor degustador de cervezas y he ganado fuera de Venezuela un concurso que se hizo entre amigos como el bebedor más rápido”, confiesa Pedro González, obrero.

Son 222 centímetros cúbicos de fermentación a base de cebada y otros compuestos, que conservados a dos o cinco grados centígrados despiertan descargas enormes de endorfinas; las que en Zulia conseguirán su tope en festividades como la Feria de la Chinita. El consumidor zuliano es tan importante para las cerveceras que una de ellas lanzó un concurso en el estado solo para que el público degustara tres tipos y decidiera cuál era su preferido, habida cuenta que sería comercializado luego.

No será ella la causante de la famosa barriga zuliana, porque un estudio de la Universidad de California negó cualquier vinculación. “No favorece la grasa abdominal. Es un mito. El causante es el alcohol y la comida chatarra, con mucha sal, que suele acompañar el ritual de ingerir esta bebida”.

El cervecero justifica su consumo con muchos refranes. Uno de ellos: “El que toma cerveza se emborracha, el que se emborracha duerme, el que duerme no peca y el que no peca va al cielo. Y si al cielo vamos, entonces: ¡Bebamos!”.

Fuente: EA

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