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Estornudos, lo que no sabías de ellos

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Son reflejos que pocas veces podemos evitar. De hecho, no es nada recomendable hacerlo porque forma parte natural de las reacciones de nuestro cuerpo. Además, están presentes hasta cuando la época de frío se ha ido. Incluso sin gripe solemos estornudar, por lo que evitarlo sería totalmente contraproducente.

Estornudos

Sin embargo, ¿qué tanto puedes saber de ellos? Aquí te dejamos 8 hechos que no conocías.

1. Nuestros estornudos viajan hasta 160 kilómetros por hora.

2. Los gérmenes provenientes de un estornudo pueden aterrizar bastante lejos: por lo menos están en la capacidad de alcanzar un radio mayor a los 9 metros, distancia suficiente para contaminar hasta al que tienes al lado.

3. Los estornudos pueden reiniciar el proceso interno de nuestras narices: de acuerdo con investigadores de ScienceDaily, revista norteamericana dedicada a temas de salud, nuestras narices necesitan recargar energías y lo hacen, precisamente, tras la fuerza que se desencadena de la presión de un estornudo. Por eso, cuando este funciona correctamente, se reinicia el entorno dentro de las fosas nasales trayendo como consecuencia que las partículas contaminadas puedan ser detectadas y desechadas.

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4. La luz del sol provoca muchas veces nuestros estornudos: la pimienta, los resfriados y gripes, así como las molestas alergias, no son las únicas razones  por las que estornudamos. Existe una en particular: la luz brillante.

Alrededor de una de cada cuatro personas estornuda durante la luz proveniente del sol, una reacción que se denomina reflejo fótica del estornudo y de la que muchos científicos aún no comprenden completamente por qué ocurre.

5. Es bastante normal que estornudemos dos o tres veces de forma continua: esas partículas contaminadas y atrapadas en nuestras fosas nasales necesitan expulsarse en su mayoría, por lo que a menudo se necesita más de un intento para poner fuera todos esos irritantes.

6. Nuestros ojos se cierran involuntariamente al estornudar: no hay mucho que se pueda hacer en el intento por mantenerlos abiertos. Parte del mensaje que el cerebro recibe en el período previo a un estornudo, es precisamente cerrar los ojos. Se trata de un reflejo involuntario similar a la manera en que nuestra rodilla reacciona cuando el médico le da palmadas con el martillito.

7. El corazón no se detiene cuando estornudamos: lo que puede suceder, según el New York Times, es que la frecuencia cardíaca disminuye de forma natural, pero solo un poco. Nada para alarmarse. Esto se debe tanto a la respiración profunda que la mayoría de la gente toma antes de estornudar, como a la estimulación del nervio vago que se produce durante un estornudo.

8. Podemos calmar las ganas de estornudar: uno de los trucos –aunque nada recomendados- es frotar la nariz mientras se presiona el labio superior.

[Fuente: erikatipoweb.com]

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