Normalmente, para las personas que viajamos frecuentemente en avión, tener viento de cola significa que llegaremos antes a nuestro destino y para las compañías aéreas supone un gran ahorro en combustible.
Sin embrago, el viento de cara es otra historia.
Un avión se suspende en el aire gracias a la diferencia de presión del aire de la parte superior del ala frente a la inferior, provocando una fuerza hacía arriba que mantiene el avión en el aire. Cuanto más grande sea el avión, o cuanto más pese, se necesitan dos cosas: o un ala más grande o más aire.
La velocidad de un avión se mide en función del aire que le rodea, no en función de su desplazamiento respecto a tierra. Es por ello que es físicamente posible que un avión pueda mantenerse visiblemente quieto respecto a la tierra si es sometido a un gran viento de cara tal y como se muestra en este impresionante vídeo.