La tinta de impresora es más cara que la sangre humana; actualmente va a unos 70 céntimos el mililitro frente a 40 que cuesta la sangre, 10 la penicilina o 2 céntimos el petróleo.
Una curiosidad que no por conocida resulta visualmente menos impactante si se ve en una bonita infografía, como perfectamente ha plasmado la gente de microsiervos.com. Si a esto añadieran el factor de cómo mienten las impresoras el resultado es indignante.