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Un artículo del Nuevo Herald asegura que un militar iraní es una de las “piezas clave” en un proyecto venezolano para fabricar aviones no tripulados. El asunto ha despertado las suspicacias de Estados Unidos, que teme que pueda tratarse de algo más.
El iraní sería el ingeniero de la Guardia Revolucionaria de ese país, Ramin Keshavarz, quien trabajó en una compañía de defensa que fue sancionada internacionalmente por una presunta relación con el programa de misiles del país islámico.
El programa de construcción de estas naves robóticas fue develado la semana pasada por Hugo Chávez en reacción a una publicación al respecto en el diario ABC de España. En la oportunidad, Chávez señaló que los aviones son para defensa. “Ahora, que Estados Unidos diga que Venezuela hay que vigilarla por lo que está haciendo, no pierdan su tiempo. Es posible, es probable, que dentro de poco salga que esos aviones tienen una bomba atómica en la punta”, dijo entonces de forma irónica.
Se trata de seis modelos de “drones” tipo Mohajer iraní, que fueron importados de forma más o menos secreta por parte de Venezuela. Las naves llevan los nombres de Arpía, Arpía 2, Aguaitabo, Justiciero, Vengador y Venezolano, que aparentemente se utilizarían para vigilancia.
En Estados Unidos manifestaron preocupación de que con la colaboración entre Venezuela e Irán se violen algunas de las sanciones impuestas a este último país por la comunidad internacional.
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Sin embargo, también habría sospechas sobre hacia dónde se dirige la colaboración entre ambos países, y si tendrá que ver con armas o no. ¿Será paranoia de Estados Unidos? ¿O habrá razón para preocuparse?