Era la gran noche del cine, pero ella logró acaparar todas las miradas sin ser actriz. No le hacía falta. Su cuerpo de escándalo (86,5-58-88) y el vestido de transparencias que lo cubría volvió a convertirse en la sensación de la noche. Irina Shayk logró alzarse con el premio a la más bella y sexy en la fiesta que organiza «Vanity Fair» tras la ceremonia de los Oscar.
La top rusa causó sensación con un traje negro de manga larga que se dividía verticalmente en una parte opaca y otra transparente transparente firmado por Versace. Un costado del vestido quedaba transformado en una especie de segunda piel confeccionada mediante una gasa transparente con topos que cubría desde su hombro izquierdo hasta el pie del mismo lado. De forma sutil e ingeniosa, la parte opaca tapaba sus zonas íntimas.
Como era de esperar, el diseño no pasó desapercibido y las redes sociales rápidamente recogieron todo tipo de comentarios que señalaban la erótica belleza de la ex de Cristiano Ronaldo. Sin duda, Shayk está dispuesta a demostrar que no necesita al futbolista del Real Madrid a su lado para seguir en el ojo del huracán.
Fuente [Abc.es]