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Después de ser un país con gran variedad en literatura, Venezuela pasó a ser un país sin clásicos editoriales. Hoy los aficionados a la lectura deben conformarse con libros sobre cómo vivir la vida, cómo vestirse decentemente, y en el mejor de los casos con John Grisham y Harry Potter. 
Y si se trata de revistas, hace mucho tiempo los lectores venezolanos no tienen entre manos a El Malpensante, Vuelta, Letras Libres, Gatopardo, Rolling Stones y demás publicaciones especializadas; algunos se conformaron con lo que le ofrece sus respectivas portales de Internet.
Obras clásicas latinoamericanas como El Túnel, Ficciones, algunos títulos de Julio Cortázar, son prácticamente imposibles de conseguir, a menos que asista a librerías especializadas en ventas de segunda mano.
Y títulos europeos fundamentales como Decamerón, Fausto, La Ilíada, En busca del tiempo perdido, Madame Bovary, La Gaviota, Los hermanos Karamasov solo se encuentran en ferias locales y en temporada decembrina.
Jorge Domínguez, coordinador de la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro), aseguró que en los últimos dos años la aprobación de divisas para las editoriales ha mejorado, sin embargo el retraso para conseguir el Certificado de No Producción sigue igual.
“El panorama mejoró; de hecho con relación a 2008, ha mejorado bastante. Pero, para conseguir el Certificado de No Producción del Ministerio de Ciencia y Tecnología y de Industrias Báscias, la situación sigue prácticamente igual”, señaló.
La demora en la entrega de este documento es de hasta cuatro meses, razón por la que se retardan las importaciones de novedades y variedad de clásicos.
Desde el año pasado, las librerías han venido participando en el Sitme, para hacer más expedito el proceso de importaciones, pero hasta ahora los resultados no son óptimos. “Generalmente, nos aprueban mucho menos de lo que solicitamos, pero es una ayuda”, dijo Domínguez.
Hasta octubre del año pasado, las importaciones por Cadivi y convenio Aladi del sector alcanzaron $20.801.753; “fue un monto un tanto superior al del año 2010”, dijo el presidente de Cavelibro, “esperamos que este año mejore”, agregó.