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Las peores formas de morir

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Puede que alguna vez hayas tenido este debate junto a tus amigos y es que hay maneras terribles con las que uno puede dejar este mundo: ahogado, quemado, congelado…A continuación, repasamos las peores formas de morir. Algunas son realmente escalofriantes.

Las peores formas de morir

La muerte, el término de la vida, es objeto de los pensamientos de muchas personas. Conforme vamos haciéndonos más mayores, más pensamos en ella, y es que hay muchas formas de morir que son horribles y que seguro que a ninguno de nosotros nos gustaría sufrirlas. A continuación, repasamos algunas de ellas.

Ahorcado

Con solo mirar una horca la angustia invade tu cuerpo. Morir ahorcado es, sin duda, una de las maneras más terribles de llegar al término de la vida y puede que por eso sea un método que históricamente se ha utilizado para llevar a cabo condenas y también suicidios.

En un ahorcamiento se comprime la tráquea y las arterias carótidas, situadas en ambos lados de la región cervical en el cuello, requiriéndose para ello un peso de 2,5 kilogramos, como una cabeza. También se pueden lesionar las arterias vertebrales en el caso de un peso de entre 10 y 20 kilos. Estos requisitos se cumplen perfectamente en el ahorcamiento con soga, ya que el cuerpo de la persona superaría esas cifras.

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Antiguamente, cuando existían condenas por ahorcamiento, se utilizaban métodos de caída a diferentes distancias. Las largas causaban la rotura inmediata del cuello, lo que provoca parálisis inmediata, inmovilización muy probablemente inconsciencia inmediata.

De sed

Recuerda el día que sufriste la peor resaca de tu vida, pues morir de sed provoca un dolor de cabeza cien veces superior al que sentiste ese día. Debido a la falta de agua el cuerpo se nutre del líquido cefalorraquídeo del cerebro y, por tanto, lo seca. Además, la orina se concentra, los riñones de hinchan, los ojos se hunden, las vías aéreas se resecan y surge la sensación de escozor, el corazón funciona peor.

La muerte se produce en 15 horas si la persona se encuentra en un entorno extremo o tres días, en condiciones normales. Lo que termina sucediendo es que la presión de llenado cardíaco disminuye, el corazón no se llena por completo por lo que se contrae con más debilidad y se convierte en un círculo vicioso que puede terminar en un shock circulatorio. Entonces se pierde el conocimiento, la circulación fracasa, la sangre no llega al cerebro y se produce la muerte. Una agonía terrible.

Ahogado

La situación a la que se enfrenta una persona que está a punto de morir ahogada también es totalmente agónica. La velocidad a la que se produce depende de varios factores, incluyendo sus habilidades natatorias y la temperatura del agua. Por ejemplo, en Reino Unido, donde el agua está generalmente fría, el 55% de las muertes por ahogamiento en aguas abiertas ocurren dentro de los tres metros de seguridad, mientras que dos tercios de las víctimas son buenos nadadores.

Cuando las víctimas se sumergen en el agua aguantan la respiración desde los 30 a los 90 segundos, momento en el que inhalan agua, balbucean, tosen y vuelven a inhalar agua. El líquido en los pulmones bloquea el intercambio de gas en los delicados tejidos, al mismo tiempo se sellan las vías aéreas. Después llegaría una especie de sensación de calma y tranquilidad, antecedente de la pérdida de consciencia y el consecuente paro cardíaco y muerte cerebral.

Quemado

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Antiguamente las brujas o herejes eran condenadas a morir en la hoguera y hoy día la pérdida de la vida envuelto en llamas sigue siendo una de las cosas más terribles que existen. Las quemaduras infligen un dolor inmediato y muy intenso a través de la estimulación de los nociceptores, es decir, los nervios del dolor de la piel, además de provocar también una rápida respuesta inflamatoria que hace aumentar la sensibilidad al dolor en los tejidos dañados y las áreas circundantes.

Entonces, la muerte en un incendio o envuelto en llamas es una de las más dolorosas, pero hay que destacar que la mayoría de las víctimas mortales de estas situaciones fallecen en realidad por inhalación de gases tóxicos como el monóxido de carbono, dióxido de carbono e incluso cianuro de hidrógeno.

Muerte por inanición

Si ya era terrible morir de sed, imagínate lo que sería morir de hambre, algo que le ocurre a miles de personas al día en muchos lugares del mundo. La inanición es una grave reducción en los nutrientes, las vitaminas y la ingesta de energía, la forma más extrema de malnutrición que se da como consecuencia de la prolongada insuficiencia de alimentos. Por supuesto, las personas sufren una pérdida extrema de peso, una disminución de la tasa metabólica y una debilidad extrema.

Los que padecen de inanición pueden sufrir daños severos en los órganos y finalmente la muerte por insuficiencia alimentaria. Una persona puede aguantar alrededor de 60 días sin comer, solo con líquidos.

Enfermedad terminal

Lo que también debe ser terrible es morir a causa de una enfermedad terminal, sobre todo, porque sabes que tu vida tiene un fin que esta próximo y que solo tienes que esperar. Poco a poco vas viendo cómo tu salud y tu aspecto empeoran sin poder hacer nada por remediarlo, lo cual suele generar una impotencia enorme.

Morir a causa de una enfermedad terminal hace que tu agonía tenga fecha de caducidad, pero es seguro mucho más larga que la que sufre una persona que va a fallecer por ahogamiento, ahorcamiento o quemado. La persona que sufre una enfermedad terminal y su familia viven un auténtico drama.

Morir solo

Puede que no haya cosa más triste que morir solo, sin ningún ser querido a tu alrededor con el que compartir la agonía de tus últimas horas. Si has visto la película protagonizada por Will Smith ‘Soy leyenda’ quizá te puedas hacer una idea de lo que estamos hablando.

Además, hay que destacar que la probabilidad de morir de las personas que viven en soledad es mayor que la de aquellas que viven en compañía, sobre todo si hablamos de adultos que superan los 45 años de edad. Incluso ha habido estudios que demuestran que vivir solo es un factor favorecedor de diversas enfermedades.

Congelado

Seguro que te ha venido a la cabeza esta mítica escena de Titanic en la que Jack está a punto de morir de una hipotermia por la baja temperatura del agua. Pues bien, morir congelado también es una de las peores formas de morir, ya que el dolor que causa es totalmente extremo, llevándote incluso a la locura. Es más, hay algunas víctimas de muerte por hipotermia que aparecen desnudas se cree que por las posibles alucinaciones que sufren cuando están al borde del colapso.

Tras los escalofríos iniciales, las manos se entumecen, lo que indicaría que te quedan alrededor de 90 minutos de vida, los vasos sanguíneos de congelan e impiden la circulación, y cuando las extremidades también se hielan el dolor es atroz.

Asfixiado

La muerte por asfixia se produce cuando deja de fluir oxígeno a los pulmones o bronquios por una obstrucción en la garganta o tráquea y puede estar causada por diversas cosas: el atragantamiento con comida, la estrangulación o, como vemos en la foto que ilustra esta forma de morir, por no poder respirar al tener puesta una bolsa de plástico en la cabeza.

Desde pequeños nos han advertido de los peligros que acarrea jugar con bolsas y quizá por eso también consideramos esta muerte una de las peores de las que se pueden sufrir en la actualidad.

Morir desangrado

Generalmente, las personas tenemos alrededor de cinco litros de sangre en el cuerpo y perder la suficiente como para que provoque nuestra muerte lleva un tiempo diferente según el ritmo al que se esté liberando por la herida.

Hay que destacar que con esta forma de morir no se sufre demasiado, sientes el dolor de la herida que te está causando la pérdida de sangre, pero lo cierto es que se puede llegar a liberar hasta un 15% del total de nuestro cuerpo sin notar nada más que un mareo. Eso sí, conforme aumente la hemorragia se sufre una hipotermia que provocaría el fallecimiento.

Caída libre

Otra de las peores formas de morir que existen y, curiosamente, otra de las que se suelen utilizar para los suicidios, es la de la caída libre. El nivel de dolor en este caso depende de la altura desde la que te caigas (quien no se ha imaginado resbalando y cayendo desde algún lugar alto). Si el sitio es alto se puede llegar a caer a unos 200 kilómetros por hora. La mayoría de las víctimas por esta causa presentan diversos traumas como el colapso pulmonar, costillas rotas o incluso explosión del corazón.

Por una descarga eléctrica

Aunque en realidad el nivel de dolor de la muerte por electrocución es bastante suave comparado con otras vistas en esta lista, lo cierto es que seguro que a nadie le gustaría que su vida acabara de esta manera. El fallecimiento llega en realidad por la detención del corazón a causa de la descarga eléctrica, es decir, se produce un fallo cardíaco fulminante que no permite a la persona que lo sufre razonar sobre el pequeño calambre inicial en su cuerpo.

Sin duda, todas estas maneras de morir resultan escalofriantes, no puede haber demasiadas cosas peores.

Fuente: [que.es]

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