Los mexicanos tenemos un gran arraigo familiar, un profundo amor por nuestro país y somos, sin duda, los que más extrañamos nuestra tierra cuando vivimos en el extranjero. La familia, la casa y, por supuesto, nuestra comida casera tradicional ocupa los tres primeros lugares entre las causas de nuestra nostalgia.
Son muchas las cosas a las que estamos acostumbrados en México y que son difíciles de encontrar en otros lugares del mundo. Aunque no son la regla, porque cada quién tiene sus gustos y querencias, a continuación presentamos las siete cosas que más extrañamos en el extranjero.
1.- La familia y los amigos
Con cualquier nacionalidad, todos extrañamos a nuestras familias y amigos cuando viajamos; pero estudios han demostrado que los mexicanos estamos en primer lugar. Si eres azteca debes saber que la familia es lo más importante, y nuestros amigos son como hermanos. Aunque el avance de la tecnología y la era digital nos permite estar en constante comunicación, esto no nos quita la nostalgia por el calor de hogar.
2.- La comida y las bebidas
Con gran variedad de sabores, colores y combinaciones, la comida mexicana representa nuestro mayor orgullo. Uno de los platos que más extrañamos son los deliciosos taquitos en todas sus presentaciones. Las papitas con salsa y chile, y todo tipo de antojitos que podemos encontrar en puestos callejeros por cualquier esquina y a cualquier hora. La tradicional barbacoa, birria, pambazos, sopes, gorditas, flautas, tortas ahogadas, en fin hay una lista interminable. En algunas partes podemos encontrar tortillas en los supermercados, pero están hechas de harina y su sabor es diferente a las de maíz que estamos acostumbrados a comer.
En cuanto a las bebidas, el Tequila es la bebida más buscada por los mexicanos en otros países. En ciertos lugares solo la consigues en un bar o restaurante, es muy caro y no tiene la misma calidad y sabor que en nuestro país. Otras bebidas que añoramos son: el café, chocolate, atole; así como las aguas frescas de frutas naturales, especialmente las de Jamaica, horchata y guayaba.
3.- La gente
Se dice que los mexicanos nos caracterizamos por ser personas amables, carismáticas, cálidas, solidarias y hospitalarias. El “mande”, “por favor”, “gracias” y “salud”, siempre está en nuestras conversaciones. Cuando estamos en México nos acostumbramos a encontrar sonrisas espontáneas por todas partes. La facilidad de hacer amigos es otra cosa que extrañamos; así como el humor como parte del optimismo que nos caracteriza. Con el ingenio y la facilidad de “voltear” el sentido de las cosas, utilizamos el “albur” como parte de la vida diaria.
4.- El clima
A pesar de que es bonito tener las cuatro estaciones y disfrutar de los hermosos paisajes, tener siempre un clima cálido y no necesitar aire acondicionado ni calefacción en todo el año, no tiene precio. En México podemos disfrutar del sol casi todos los días, así sea en invierno; y durante el verano no hay un calor tan extremo que te hace sudar todo el día.
5.- Las fiestas y reuniones
Cualquier pretexto es bueno para hacer una fiesta, y estas celebraciones las organizamos rápido cualquier día de la semana. Por nuestra alegría y optimismo, disfrutamos de los mínimos detalles de la vida, aprovechando cada oportunidad para ser feliz. Estas fiestas y reuniones organizadas de última hora, es lo que extrañamos estando en otro país.
6.- La cultura y tradiciones
México está lleno de tradiciones y costumbres, y no imaginamos cómo las vamos a extrañar cuando estamos en otras tierras. A través de ellas podemos vivir la esencia de nuestro país. Nuestra cultura es una mezcla de elementos prehispánicos, religiosos y contemporáneos. Bandas o mariachis, bailes, folclor, fuegos artificiales, comida típica, gente alegre, flores y mucho más, nunca faltan en festividades tradicionales como por ejemplo, el día de los muertos, Navidad y otras.
7.- Particularidades
Nuestra patria tiene muchas particularidades, pero sobre todo añoramos el ruido y especialmente los gritos y canciones que nos avisan que llegaron los tamales, el que vende pan, gas, o los recolectores de hierro viejo. Ante el silencio total en otros países, ¡nos parece escuchar “Tamaaales Oaxaqueños!