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Al principio eran unos pocos, pero hoy Latin Vox Machine está integrada por más de 150 músicos profesionales que llegaron a Argentina como parte del éxodo de su país. Muchos tocaban en los subtes porteños pero hoy se presentarán en el Buenos Aires Arena con el espectáculo El Principito Sinfónico.
El proyecto Latin Vox Machine es un espacio de integración y contención social, un ámbito para promover la buena convivencia y tolerancia. Actualmente reúne a profesionales de diferentes nacionalidades y disciplinas artísticas. Al mismo tiempo, subraya el valor del trabajo en equipo y la superación personal y profesional de sus integrantes.
Está compuesta en su mayoría por migrantes venezolanos, más artistas de la Argentina, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay.
“Llegamos hace poco más de cuatro años a la Argentina y aquí surgió la posibilidad de incorporarnos a la orquesta, convocados por Omar Zambrano, director del proyecto, y hemos conformado una nueva familia”, dicen Israel Portillo y Esteban Zapata en diálogo con TN.
El Principito Sinfónico es un musical inspirado en el libro de Antoine Saint-Exupéry. Tanto la música y los personajes nacieron inspirados por el libro del aviador y escritor francés, cuya historia recuerda que “lo esencial es invisible a los ojos”.
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Con dirección general de Omar Zambrano, tiene al actor y director uruguayo Osvaldo Laport, embajador de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en el rol del Aviador y coach de los actores.
“Aquí hay mucha receptividad para el arte. Los argentinos se brindan con los artistas”, destacan Portillo y Zapata. “Debemos decir que, más allá de lo artístico, en la Argentina recibimos el calor de un nuevo hogar. Nos sentimos en casa y agradecidos por las oportunidades que recibimos”, señalan los artistas.
Con el respaldo de ACNUR, Naciones Unidas Argentina, UNICEF, la Embajada de Canadá, la Embajada de Francia y la Agencia de Cooperación Española, la orquesta se propone contar una historia tan conmovedora como la de muchos de sus miembros.
“Para llegar a Argentina, viajé más de seis días por vía terrestre”, cuenta Portillo, uno de los violinistas de Latin Vox. Su historia es una de las tantas que conforman el gran mosaico de migrantes venezolanos que dejaron su país en busca de un futuro diferente. Salieron de Venezuela, llegaron a la Argentina y a otros países con una carta en la mano: el idioma de la música, el lenguaje más universal y efectivo. En su gran mayoría formados dentro del marco del Sistema de Orquestas creado por el Maestro Abreu hace casi medio siglo, llevan al mundo el ejemplo de un modelo de inclusivo de vanguardia de una Venezuela distinta a la del presente.
