Para el dirigente de la Unidad Democrática, Antonio Ledezma, el desconocimiento de la voluntad popular, utilizar los medios de comunicación de todos los venezolanos para reducirlos a un aparato propagandístico a favor del candidato oficialista, amenazar a un empleado público con despedirlo de su trabajo si no asiste a las marchas rojas o no vota por el candidato oficial, son actos de violencia que comete el gobierno de Maduro y que en nada pueden compararse con una marcha pacífica del pueblo solicitando reconteo de votos.
El burgomaestre capitalino acusó este lunes al presidente Nicolás Maduro de comportarse como “un guapetón de barrio“, “insultar” y “amenazar con llevar a Henrique Capriles a prisión e insiste en que hubo más de 5.000 irregularidades durante el proceso electoral del 14 de abril y afirma categóricamente que no se trata de protestar por protestar, sino de defender la verdad frente a la mentira.
“Los sectores populares en todo el país votaron mayoritariamente por el candidato de la Unidad Nacional, Henrique Capriles Radonski y en Caracas las clases menos favorecidas se inclinaron a favor de un cambio, pero el gobierno aplicando una connotación peyorativa califica como “oligarcas” y “burgueses” a quienes se pronunciaron por la fórmula de unidad, progreso y seguridad. El pueblo pidió que se le devuelva la democracia plena, se retome el Estado de Derecho y se garantice su seguridad”.
“Fueron los “oligarcas” y “burgueses” habitantes de esos sectores populares quienes de manera decidida y entusiasta votaron por Capriles, y lo que se está solicitando no es otra cosa que lo aceptado inicialmente por Nicolás Maduro, y luego se negó. Se trata de una revisión de la totalidad de las actas y el conteo de los votos en todas las mesas. ¿Por qué Maduro cambió de opinión?”
“Maduro, con tono destemplado y fuera de sí, habla por televisión como guapetón de barrio, y además de insultar, amenaza con prisión a Capriles. Lo señala como generador de violencia y promover un golpe de estado. Nada más falso. Violencia es el desconocimiento de la voluntad popular, así como utilizar los medios de comunicación de todos los venezolanos para reducirlos a un aparato propagandístico a favor del candidato oficialista. Violencia es amenazar a un empleado público con despedirlo de su trabajo si no asiste a las marchas rojas o no vota por el candidato oficial. La cobarde y brutal agresión física contra el diputado William Dávila o negarle el legítimo derecho a los diputados de la oposición a expresarse en la Asamblea Nacional, lo cual constituye un atentado contra la democracia venezolana, si son actos de violencia. Bueno es recordarles a los señores del gobierno, que los civiles no dan golpes de estado”, precisó Ledezma.
“Durante el proceso electoral del domingo las irregularidades fueron más de cinco mil. No se trata de protestar por protestar, sino de defender la verdad frente a la mentira. El gobierno pretende crear un clima muy peligroso apelando al expediente de la violencia, tratando de desmoralizar y desmotivar. Capriles actúa con mucha sensatez no cayendo en provocaciones”.
Ledezma afirma que las cifras del CNE están llenas de sombras, dudas y muchas sospechas. Los números no cuadran y hay grandes inconsistencias. Maduro, quien fue el verdadero derrotado, queda convertido en un presidente sospechoso y el pueblo exige que se le diga la verdad.
Prensa Ledezma