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A juicio del dirigente del partido Socialista Unido de Venezuela, Luis Figuera, la asistencia a las primarias opositoras demostró el poco poder de movilización de la oposición venezolana, y le augura un escenario adverso para las próximas elecciones del 7 de octubre.
La oposición no tuvo la credibilidad necesaria para convocar a los electores al acto de primarias, a pesar de la logística y el dinero invertido en este acto. Este tipo de elecciones por ser abiertas requieren cuando mínimo un 10% de la participación del padrón electoral total para considerarse exitosas.
El dirigente rojo explico que al no poder convocar a los electores indecisos que representan aproximadamente el 34% del total de votantes, el evento comicial plantea serias dudas sobre la coherencia de la propuesta electoral de los opositores.
En lo interno desmotiva y desmoraliza a los dirigentes de los participantes derrotados, y a lo externo fortalece la imagen de invencibilidad del presidente Hugo Chávez, entre los sectores indecisos que por economía del voto van a tratar de asegurarse al ganador del próximo 7 de octubre.
Figuera, señaló “para que este evento comicial tuviera un impacto político real en las próximas elecciones presidenciales, tenía que convertirse en un acto que convocara una amplia participación, y generara la impresión de que existen posibilidades reales de derrotar al actual presidente”.
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Al no haber una participación amplia queda la idea entre algunos sectores externos a los partidos políticos de que no existe movilización y poder de convocatoria suficiente para que los opositores accedan al gobierno.
La idea de no poder acceder a la primera magistratura nacional, obliga a la militancia opositora a tratar de concentrar sus esfuerzos en las elecciones regionales, para consolidar algunos poderes que les permita mantenerse en el juego político.