“Nuestra política en frases” por @jdsolorzano

“Mon Dieu, Venezuela est blesée au coeur”, (Dios mío, Venezuela está herida en el corazón) fue la frase que en perfecto francés exclamó el Generalísimo Francisco de Miranda al enterarse de la pérdida del castillo de Puerto Cabello, gracias a una traición que sufrió el entonces novel comandante Simón Bolívar en aquellos días de la primera república de 1812. Esta es una expresión muy válida para trasportarla a los últimos hechos, por ejemplo varios acólitos del régimen no dudarían en decir un “Mon Dieu, la révolution est blesée au coeur” al enterarse de la enfermedad de su jefe, o cuando supieron sobre los resultados abrumadores de las primarias opositoras del pasado 12 de febrero.

El llamado proceso no sólo está herido está convaleciente. Si en el pasado ex Presidente Luis Herrera Campins, aseguró que “compren alpargata que lo que viene es joropo” cuando se le interrogó sobre su opinión ante el triunfo de Hugo Chávez en las postrimerías de 1998, hoy muchos de los altos jerarcas del oficialismo están adquiriendo sus cotizas para zapatear bien duro ante el declive acelerado que presenta el régimen rojo.

Ya los tiempos de bonanzas pasaron, empiezan a surgir por doquier las costuras de un gobierno que por más de una década vivió de promesas que jamás cumplió y apoyándose en un liderazgo personal y mesiánico que se ha venido a menos gracias al desgaste físico y de empatía con el pueblo que ha padecido en los últimos años el presidente Chávez. Muchos comienzan a abandonar el barco, es el momento para que lo hagan y se sumen al camino de democracia que encarna el candidato de la unidad nacional, Henrique Capriles Radonski, si no lo hacen en este momento podríamos emplearles en el futuro otra frase herrerista, la de: “piaste tarde pajarito”.

Ante el resquebrajamiento del “proceso revolucionario” y el nacer de la cohesión efectiva de los demócratas que van raudos hacia la conquista de un triunfo electoral que abra el camino de desarrollo que tanto anhelan los venezolanos, podemos recordar al Libertador Simón Bolívar en su última proclama cuando decía: “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”, hoy cuando las organizaciones políticas cesaron en sus divergencias y lograron la unificación gracias a la voluntad del pueblo expresada en las urnas, podemos afirmar que la unidad existe, está viva y ganará el próximo 7 de octubre.

También pudiéramos aseverar que logramos cumplirle a José Antonio Páez quien antes de embarcarse a su penúltimo exilio, aquel día del 24 de mayo de 1850 en el puerto de Cumaná, exclamó, cargado de profunda tristeza y preocupación patria, que: “unidos los hombres de bien tendrán poder bastante para restablecer el imperio de la Constitución, para restituir la moral y la justicia a su venerado solio”, pues así se está haciendo los hombres y mujeres de bien, que amamos la democracia estamos unidos para derribar la oscura sombra que por 13 años a cubierto el cuerpo del Estado venezolano.

[Fuente: José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano]