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Se parece, pero no es. ¿O sí? La recreación digital del rostro del Libertador, Simón Bolívar, presentada por el presidente de la República, Hugo Chávez, en cadena nacional, cumplió con los pronósticos de los especialistas que se habían aventurado a decir que no sería muy diferente a la imagen clásica del prócer, plasmada en óleos y retratos históricos.
Claro que hay diferencias: la nariz del Libertador luce más perfilada en la iconografía tradicional que en la recreación digital, realizada a partir de una tomografía axial computarizada del cráneo del héroe patrio. Sin embargo, conserva los rasgos generales, como la forma de la cara, el frondoso cabello negro y los ojos de ébano, en un trabajo gráfico que permite apreciar con detalle, inclusive, la afeitada al ras en el mentón y el bigote.
En el aniversario 229 de su natalicio, la revelación del rostro fue un revuelo durante casi toda la tarde. Pero a pesar de ello, especialistas la consideran como una versión más de las representaciones existentes, cuyo valor agregado está en el uso que se le ha dado desde que fue anunciada la exhumación de los restos del prócer, en 2010, y la significación que a partir de hoy se le dé.
Una entre tantas. Al preguntarle su opinión sobre la remozada efigie, el especialista en arte latinoamericano Roldán Esteva Grillet, asegura: "Ese Bolívar es, para mí, como una estatua de cera. No era necesario apelar a estudios digitales para recrearlo, pues bastaba con las representaciones iconográficas que coinciden con las descripciones históricas que de él existen".
Esteva Grillet asegura que esta representación no aporta nada nuevo a la imagen tradicionalmente difundida y probablemente sí omite ciertos detalles que ni siquiera la antropología forense puede recrear a partir de unos restos: "El objetivo de estas reconstrucciones es siempre trabajar sobre personas desconocidas, principalmente en hallazgos paleontológicos. Los resultados terminan siendo hipotéticos; es difícil que un programa informático pueda restaurar las partes blandas pertenecientes a un Bolívar de 47 años de edad, tísico, que pesaba 25 kilos antes de morir".
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Con él coincide la historiadora Inés Quintero, que señala que ésta es una versión que debería poder convivir en el imaginario colectivo con las que tradicionalmente han existido, de la mano de pintores como José Manuel Espinoza, José Gil de Castro o Tito Salas. "Es una visión más. La discusión en torno a si se parece o no a Bolívar me parece innecesaria e inconducente, en medio de tantos problemas que ahora atraviesa el país".
Sin embargo, el presidente Chávez dedicó ayer más de unos minutos a disertar sobre la gigantografía del prócer, develada por él en Miraflores.
En su análisis, aseguró que la imagen permitía apreciar claramente que el Libertador tenía rasgos afrodescendientes.
"Bolívar era mestizo y la iconografía anterior intentó representarlo, muchas veces, casi rubio", dijo.
Al respecto, el historiador Manuel Donís Ríos confirma que el Libertador fue un hombre mestizo: "Descendiente de vascos cruzados con blancos criollos y tenía, inclusive, una ascendiente de color. Pero es que hablar de pureza racial en Venezuela es imposible".
Y aunque hace la concesión, inmediatamente aclara que es un grave error afirmar que la iconografía tradicional deformó la imagen del prócer con alguna intención subyacente, pues los retratos eran manifestaciones artísticas que respondían a un momento histórico.
"Es inaceptable que se meta la política en este asunto.
Sería tan grave como intentar afirmar, en los próximos días, que hay una gran semejanza entre Chávez y Bolívar. El Libertador y nuestra historia no pueden ser suplantados".
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En el mismo sentido apuntan las preocupaciones de Quintero, que insiste en que la salida a la luz de la reconstrucción digital del rostro del Libertador debe ser interpretada con cautela. "Estamos frente a una tendencia que se ha vuelto usual: querer establecer, permanentemente, una sola forma de comprender la realidad. Esta no puede convertirse en `la única’ representación de Bolívar. En ese caso, ¿qué haríamos con las demás y su valor histórico y artístico? ¿Qué hacemos con nuestros billetes y las estatuas en las plazas? Atentar contra ese patrimonio sería una falta de respeto a la posibilidad de hacer arte en torno a la imagen de Bolívar".
Investigación abierta. El Libertador nunca fue alcanzado por una bala, pero sí pudo haber sido afectado por un hongo. Las investigaciones sobre la causa de su muerte se mantienen abiertas, pero ayer el equipo científico encargado reveló un dato: todo apunta a que el héroe pudo morir como consecuencia de una histoplasmosis, a causa de la infección por el hongo histoplasma.
La enfermedad produce síntomas similares a los de la tuberculosis. Se detalló en el informe que en sus últimos días sufrió de insuficiencia respiratoria, dolor torácico, secreción mucopurulenta y fiebre, que generaron edema cerebral y finalmente su muerte.