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Durante una entrevista que le realizó el periódico Folha de San Pablo, Mujica justificó este desalentador escenario señalando que esto ocurre porque existen diferentes visiones, como en el caso de Argentina, sobre el funcionamiento del Mercado Común del Sur.
«El Mercosur no anda bien, está estancado», afirmó el mandatario charrúa, quien agregó: «A veces hay una especie de proteccionismo en algunos países del bloque, y la tentativa de crear un espacio común tiene dificultad. Y los organismos de arbitraje, de decisión, de institucionalidad real no funcionan».
Sin embargo, Mujica cree que en algún momento se tendrá que corregir este panorama, porque el bloque está intentado negociar un tratado de libre comercio con Europa. «Además, la presencia de China en la región es cada vez más fuerte y no podemos rehuir de ellos, porque es el principal comprador que tenemos. Es bueno tener otro platillo de la balanza que nos ayude a compensar, porque a nadie le conviene ser dependiente de un solo polo económico», explicó el jefe de Estado uruguayo.
Una prueba de este estancamiento se puede notar cuando se observan con detalle los datos de exportaciones que elaboran tanto el Instituto Uruguay XXI como la Unión de Exportadores (UEU), donde queda claro el poco dinamismo del intercambio comercial que existe con las otras naciones del bloque comercial.
Las cifras marcan una caída de las exportaciones hacia Paraguay del 15,9% y hacia Argentina del 15,6% durante el primer semestre de 2014, en comparación con el mismo período del año pasado. Mientras que en el caso de Brasil, aún siendo uno de los principales destinos de los productos uruguayos, se produjo un descenso del 0,5 por ciento.
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Sólo las transacciones llevadas a cabo con Venezuela brindaron números positivos, aunque en este caso en particular fueron muy alentadores, con un incremento del 31,5 por ciento.
El peor aliado
La relación con Argentina es la que muestra los mayores signos de deterioro, ya que la administración de Cristina Kirchner comenzó hace tres años a desarrollar una política de protección industrial trabando el ingreso de mercadería importada.
Al inicio de esa política, las trabas comerciales fueron a través de las licencias no automáticas de importación. Este requisito debía ser gestionado por los compradores para el ingreso de algunas mercaderías, y aunque esta media luego fue derogada el gobierno argentino impuso en su lugar otra traba burocrática: la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI).
Esa medida afectó principalmente a los exportadores uruguayos de vestimenta, autopartes, productos de plástico, impresos y alimentos envasados. Frente a estos perjuicios, los industriales le pidieron a Mujica que aplicara medidas para suavizar los efectos de la pérdida de mercados.
Pero la poca certeza del gobierno uruguayo en recuperar ese mercado quedó evidenciada en los comentarios realizados por funcionarios a exportadores, donde se les dejó en claro que se olvidaran de Argentina como destino de sus productos.
Fuente [Infobae.com]