Según la ciencia, las personas groseras son más sinceras y confiables - Lea Noticias

Según la ciencia, las personas groseras son más sinceras y confiables

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Hay buenas noticias para todos aquellos con la boca un poco “sucia”: al parecer maldecir sería bueno para ti. O eso es lo que dice un grupo de investigadores de la Universidad de Keele, publicado en Science Daily y traducido por UpSocl.

 

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Un grupo de psicólogos de esta universidad, comenzaron a estudiar los efectos y circunstancia de decir groserías. Dicen que el uso de estas palabras en el día a día no sería malo. Sino que nos otorgarían una sensación de fuerza, además de liberación emocional.

Por lo tanto, sería una acción inofensiva. Hablando claro de aquellos con un vocabulario que mezcla, no sólo se centra en insultos. En tal caso significaría pobreza de vocabulario. En otros casos, puede ser utilizado de manera negativa, lo que a la larga afectaría tu ánimo.

Mientras incluyes ciertas groserías en tu lenguaje diario, estarías soltando lo que sinceramente está en tu cabeza. Por lo mismo, tendría efectos que te abrirían a ser más emocionalmente más creativo, resiliente, confiados y asertivo.

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Al maldecir, transmitimos de manera mucho más efectiva y transparente un mensaje. Sí, puede sonar como una excusa pobre, pero realmente todo lo que hacemos, lo hacemos por algo. Es algo que te “sale del alma”, y tiene un alto impacto en aquellos que reciben ese mensaje.

En una grosería encuentras una concentración de sinceridad. Dices de manera directa lo que piensas. Como concluyen los psicólogos de la U. de Keele, hay una razón que gatilla el maldecir. Usualmente son situaciones molestas en las que surge enojo. Por lo que sólo con una palabra, podrías liberar el estrés que tienes ante aquella situación.

“Mientras nos adentramos en el maldecir, se tornó obvio que se trata de lenguaje emocional, y te puede hacer sentir mejor en ciertas situaciones. Si estás esperando por una ambulancia y no tienes más medicamentos, decir insultos puede incluso reducir la sensación de dolor”.

– Dr. Richard Stephens, participante del estudio.

Dependiendo del contexto, puede servir como mecanismo de defensa, o de escape. ¿Por qué? Pues tienen una carga semántica importante al ser dichas. Dicen que, de alguna manera, quienes maldicen más tendrían menos índices de estrés. Y usualmente pensaríamos lo contrario.

La verdad es que todo depende de la persona. Pero de que maldecir se siente bien, así es. Y la palabra correcta en el momento indicado siempre nos aliviará. Aunque deba ser censurada para algunos.

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