El primer ministro Silvio Berlusconi fracasó en su intento de convencer al presidente italiano Giorgio Napolitano para que aprobara un decreto urgente que bloqueara la publicación de escuchas telefónicas, en una de las cuales habría insultado a la canciller alemana Angela Merkel, publicó ayer la prensa local informó excelsior.com.mx
Según el diario Corriere della Sera, en su encuentro con Napolitano, Berlusconi se presentó nuevamente como un perseguido por la magistratura y sondeó al mandatario sobre la posibilidad de que fuera aprobado con carácter de urgente un decreto de ley que vetara la publicación de las escuchas.
Pero, indicó el periódico, Napolitano rechazó firmemente esa posibilidad.
Por su parte, el diario La Repubblica informó que el primer ministro argumentó ante un gélido Napolitano que en caso de que la prensa publicara las escuchas, lo que aparentemente es inminente, harían caer no sólo al gobierno, sino a todo el país.
El espionaje telefónico en cuestión fue hecho por orden de la magistratura que indagaba al empresario Gianpolo Tarantini y al director del diario L’Avvanti, Valter Lavitola por presunta extorsión contra el jefe de gobierno.
Pero según La Repubblica, las escuchas estarían llenas de juicios imprudentes de Berlusconi sobre jefes de Estado extranjeros de importancia estratégica en la actual crisis económica, como la canciller alemana Angela Merkel.
También hablaría de sus proezas sexuales y habría hecho generosas revelaciones sobre una ministra de su gobierno, con la que aparentemente mantuvo relaciones.
Desde la semana pasada la prensa especula sobre el contenido de tales escuchas y los diarios La Stampa e Il Fatto Quotidiano publicaron los presuntos calificativos del premier contra Merkel.
Berlusconi habría hecho afirmaciones impublicables sobre las características físicas y el atractivo sexual de la canciller alemana.
Mientras tanto, la popularidad de Berlusconi, cayó a 24%, su mínimo histórico, según un sondeo publicado ayer por La Repubblica.
La adopción de dos planes de austeridad y los escándalos sexuales y judiciales en los que está involucrado han debilitado la imagen de Berlusconi, un multimillonario magnate de las comunicaciones.