La vitamina D es indispensable para un óptimo proceso de metabolismo del calcio, y está presente solo en algunos alimentos que no son usuales en la dieta diaria.
En ese contexto, pocos se imaginan que una solución que ayudar a tener los niveles correctos en el organismo, es tomar sol.
Como lo dice la doctora Verónica Álvarez, especialista en Nutrición Clínica y Medicina Bariátrica de la Clínica Las Condes, ”una cultura de usar bloqueador en todo instante y evitar el sol a cada momento, ha contribuido a que se llegue a un extremo que como todo extremo, también está provocando daños en los huesos”.
Según el estudio, la vitamina D se obtiene de la dieta diaria o a partir de la síntesis de la misma en la piel de las personas sanas, transformándose en vitamina D3 debido a los rayos del sol.
Cuando se activa esa vitamina en el cuerpo humano, es transportada por la sangre hasta el hígado donde se metaboliza y circula por el plasma por cerca de 15 días. Posteriormente, pasa al riñón que lo hidroliza y convierte en colecalciferol que es la responsable de fijar el calcio en los huesos.
Para lograr que se produzca este proceso no es necesario exponerse peligrosamente al sol, es suficiente tomar unos breves momentos de luz solar –se recomienda no más de media hora- para producir la cadena fundamental de una buena salud ósea.