¿Tu hijo es adicto a la tecnología? Descúbrelo

Actualmente, estamos a la espera de la creación de nuevas tecnologías que nos faciliten la vida; tecnologías que nos proporcionan un universo de múltiples estímulos visuales y auditivos. En este sentido, los niños utilizan la tecnología para socializar o divertirse, pero ahora utilizan dispositivos electrónicos también para realizar tareas escolares desde que algunas escuelas los han empleado como herramienta de aprendizaje, lo cual es muy positivo, ya que permiten que el aprendizaje se dé de forma más significativa, motivadora y lúdica.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando los niños invierten cada vez más tiempo en este tipo de actividades se puede convertir en una adicción, perdiendo el control sobre ellas. Comienzan a usar los dispositivos electrónicos ya no  por placer, sino para buscar una reducción de la ansiedad que le genera el no utilizarlos. Pero también es cierto que no siempre la utilización de estas herramientas se convierte en una adicción, sino que existen factores más allá de ello que determinan la calidad del uso y la generación propiamente de una adicción. Por ejemplo, los niños que se han desarrollado en entornos con poca comunicación encuentran en las nuevas tecnologías un ambiente donde hay privacidad y confianza para expresar sus deseos y sentimientos, lo cual está ligado al nivel de autoestima del niño.

Esto puede no ser algo problemático siempre y cuando se establezcan límites. En este sentido, el límite se cruza cuando el niño se hace dependiente y reduce su campo de obligaciones e intereses a causa del uso de estas nuevas tecnologías, convirtiéndose en algo adictivo que se adueña de su vida y no hay ninguna otra actividad que pueda ser gratificante para él.

Por ello, los padres de familia deben saber identificar los síntomas que pueden indicarles la existencia de una adicción, con el objetivo de poder intervenir “a tiempo”.

Para saber identificar si el uso de las tecnologías se ha convertido ya en una adicción, adjunto algunos indicadores:

1.- Siempre está el uso de la tecnología en un primer plano; todo lo demás pasa a segundo término.

2.- Hace notar una separación física y comunicativa del resto de la familia; además, deja de respetar los horarios de descanso y comidas.

3.- Cada vez que se aborda el tema del uso controlado de la tecnología, se muestra frustrado e incomprensible y se enoja fácilmente.

4.- Utiliza la mentira para justificar su conducta adictiva.

El tratamiento de este tipo de situaciones varía dependiendo de cada niño pero siempre es importante abordarlo desde el niño mismo (reconociendo el problema), así como a nivel de familia y a nivel de pares (amigos del niño).

Los padres de familia se deben involucrar en las actividades que tienen sus hijos mediante los dispositivos tecnológicos. No hay que olvidar que la responsabilidad de lo que nuestros hijos hacen con el uso de la tecnología es nuestra también, por lo que debemos fomentar su uso bajo las políticas y reglas de convivencia necesarias para mantener conductas sanas a nivel personal y social.

Asimismo, los profesores, por su parte, pueden ayudar a evitar estas conductas adictivas en los niños, encauzándolos a usar los dispositivos electrónicos de manera responsable y útil y como fuente de conocimiento, para que el niño  incremente su inteligencia y mejore sus competencias en esta nueva era digital con el apoyo de metodologías educativas eficientes.

Finalmente, si el problema ya está en una etapa avanzada, es importante buscar un profesional especializado en psicología infantil.

[Fuente: de10.com.mx]