Esto de los accidentes provocados por el GPS se está convirtiendo en todo un clásico, y si en su día nos hicimos eco de un Mercedes que dio con su chasis en pleno río por culpa de este periférico, hoy le toca el turno a un Hyundai conducido por tres turistas japoneses, que ha acabado, lo creas o no, en mar abierto por seguir fielmente las instrucciones del navegador. El incidente ha tenido lugar en Australia, cuando los tres jóvenes quisieron pasar el día en la isla de Stradbroke. Según parece, el navegador determinó que el camino más directo para conducir a la isla era la línea recta y que, por descontado, ahí había una carretera.
Lo cierto es que en este punto, la baja marea existente en el momento jugó una mala pasada a nuestros protagonistas que tuvieron que dejar el vehículo de alquiler en pleno fango y salir por pies del lugar. La broma les ha salido a los tres amigos bastante cara, puesto que han tenido que pagar 1.500 dólares, no sabemos si en concepto de rescate o como sanción a la empresa de alquiler de vehículos por un uso indebido del mismo.
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