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En cadena nacional de radio y televisión, el presidente de la República, Hugo Chávez, informó a los venezolanos que en el país se está fabricando un fusil llamado Catatumbo y una granada para el fusil AK. Así como lo están leyendo. En un país abarrotado de seres humanos en pobreza extrema, donde no funcionan los hospitales ni los ambulatorios, donde escasean los productos de primera necesidad, donde el desempleo campea por todas partes y donde asesinan a 20 mil ciudadanos cada año, el Jefe de Estado está preocupado por fabricar armas y municiones.
Chávez anunció que este armamento está siendo ensamblado en la Unidad de Producción y Servicios Maracay de la Compañía Anónima Venezolana e Industrias Militares, CAVIM, cuyas instalaciones, como se sabe, están ubicadas en pleno corazón de la ciudad jardín, en el estado Aragua. Por cierto: todavía estamos esperando que nos digan qué fue lo que motivó y quienes son los culpables materiales e intelectuales del incendio que se produjo en esa empresa.
Como muchachito con juguete nuevo, Chávez dijo: "Estamos produciendo un fusil venezolano que se llama Catatumbo. ¿Ustedes sabían eso?, algunos sí, otros no lo sabían. Es un fusil para francotirador. También se está produciendo una granada para el fusil AK. Ya la estamos haciendo". Si esta fuera una revolución humanista, que no lo es, el Presidente anunciaría a sus compatriotas la fabricación de una nueva vacuna contra una rara enfermedad, o la creación de una moderna fábrica de leche para bebés, o el descubrimiento de un invento que nos permitirá producir mayor cantidad de alimentos. Pero en lugar de eso, Chávez se regocija porque vamos a producir armas por montón.
Dos oficiales de la FANB le informaron a Chávez, que la fábrica de armas de Cavim tiene capacidad para producir 25.000 fusiles y 60 millones de cartuchos al año. Dijeron que se han producido 3.000 fusiles y que se
se calcula una producción de 18.000 granadas para el fusil AK-103 al año. Chávez, muy complacido, informó que el Gobierno planea exportar equipos militares como aviones no tripulados, fusiles y vehículos. "Un día nosotros estaremos no sólo colocando miles de vehículos Tiuna de distintos modelos en el mercado nacional, sino también exportándolos. Lo mismo pasará con los fusiles, municiones y aviones no tripulados".
Ahora bien: para quien iba dirigida esa Cadena Nacional de Radio y Televisión, en la que un Presidente y varios altos oficiales de la FANB mostraron en televisión las nuevas adquisiciones militares de la revolución? Acaso estaba dirigida esa cadena al gobierno de los Estados Unidos? Piensa Hugo Chávez que un avión no tripulado, unas granadas, unos fusiles y unas municiones le van a meter miedo a Barack Obama?
Será acaso que la cadena, mostrando el “poderío militar” venezolano fue planificada para meterle miedo a las 18 mil bandas de delincuentes que operan en todo el territorio nacional y que son responsables de las centenares de muertes que se registran en cada rincón de Venezuela cada fin de semana? O será que todo ese moderno armamento era para asustar a los pranes de las 33 cárceles venezolanas que viven como reyes en esos recintos sin que la ministra de asuntos penitenciarios pueda hacer algo por evitarlo?
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Mi opinión es que esa cadena, mostrando un avión no tripulado, supuestamente fabricado aquí (un avión, por cierto, que nadie ha visto volar) y anunciando la fabricación a gran escala de granadas y municiones, es la respuesta de Hugo Chávez a la marcha de un millón de personas que el domingo 10 de junio acompañó a Henrique Capriles Radonsky a su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral.
Chávez todavía no sale de su asombro ante la contundencia, no solo de la multitudinaria marcha del 10 de junio, sino ante la respuesta y el respaldo que Capriles está obteniendo en todos y cada uno de sus actos en el interior del país. El Jefe de Estado está en Shock. No puede creer que sus seguidores lo hayan dejado hablando solo en la Plaza Diego Ibarra el lunes 11, tal como lo mostraron las imágenes transmitidas por televisión.
Como se sabe perdido, abandonado, y sin respaldo popular, Chávez apela a las armas, a las bombas, a las municiones, a las granadas, a los aviones no tripulados y a toda esa chatarra militar rusa e iraní para tratar de meternos miedo. Pero se equivoca. Este pueblo ya no le tiene miedo a Chávez. No importa cuántas armas, cuantos fusiles, cuantas municiones, cuantas bombas tenga, esta revolución llegará a su fin el próximo 7 de octubre. Así está escrito, y así ocurrirá. En Barcelona, mi tierra natal, cuando un bravucón se ponía cómico, amenazando con sacar un machete, no faltaba aquél que decía: saca tu machete para meartelo. Lo mismo hay que decirle a Hugo Chávez.
Por: Gustavo Azocar Alcalá