Una madre mantuvo relaciones sexuales sobre la tumba de su hijo con el fin de reencarnarlo - Lea Noticias

Una madre mantuvo relaciones sexuales sobre la tumba de su hijo con el fin de reencarnarlo

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Maud Gonne, nacida en 1866 y considerada una heroína en Irlanda por luchar por la independencia del país, tuvo una vida cuanto menos dura, marcada por el fallecimiento de su hijo a los dos años, según recoge la «BBC».

Gonne ejerció diversos papeles en su vida. Fue actriz, activista, feminista y musa inspiradora del poeta y dramaturgo irlandés Yeats, quien la inmortalizó en algunos de sus versos más famosos.

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Sin embargo, los años anteriores a su etapa pública están cubiertos por un halo de misterio.

Maud tuvo un hijo llamado Georges, fruto de una relación amorosa con un político francés, de postura fuertemente anti-británica, llamado Lucien Millevoye. Poco le duró, fue el poeta y dramaturgo irlandés quien consiguió volverla loca y crear una obsesiva relación que duró cerca de cincuenta años. Lo que el poeta no conocía es que tres semanas antes de empezar el romance, la irlandesa había dado luz a un niño. Cuando Yeats lo descubrió, ella insistió en que no era suyo, sino que había sido adoptado y él, finalmente, la creyó.

Lamentablemente, a los dos años y medio Georges murió, se dice que a causa de una meningitis. En su desesperación, Gonne protagonizó un insólito episodio para intentar que el niño se reencarnara en otro.

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Lo hizo mediante una práctica que por entonces algunos creían un ritual efectivo: teniendo relaciones sexuales sobre la tumba de su hijo. Según aseguraban los seguidores de estas prácticas, esto permitía recrear el alma del niño muerto en una nueva criatura, concebida con el mismo padre, mediante un proceso de metempsicosis o transmigración espiritual.

Maud Gonne solía alquilar una casa en el pueblo de Samois-sur-Seine, a 50 kilómetros al sudeste de París. Cuando Georges murió, decidió enterrarlo en el cementerio local.

Como había heredado una buena suma de dinero tras la muerte de su padre, pagó por una capilla conmemorativa y en la cripta de debajo colocó el ataúd del niño.

Gonne rompió con Yeats, retomó el contacto con Lucien Millevoye, el padre del niño, y le pidió reencontrarse en Samois-sur-Seine. La pareja entró a la capilla y abrió la puerta de metal sobre el suelo que llevaba a la cripta.

Descendieron por la escalera de metal y al lado de la tumba del su hijo, mantuvieron relaciones sexuales.

Si el alma de Georges logró reencarnarse o no es materia de análisis para los metafísicos y cuestión que depende de las creencias de cada persona. Pero, en agosto de 1894, Maud Gonne tuvo otro bebé, esta vez una niña llamada Iseult.

Para sorpresa de muchos Maud se negó a llamarla «hija» en público, presentándola como una prima o pariente.

Ya adulta, Iseult tuvo un romance con Ezra Pound y se casó con el controvertido novelista australiano-irlandés (y simpatizante del nazismo) Francis Stuart. En 1954, un año después que su madre, falleció.

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Maud Gonne, a la hora de su muerte, no hizo referencia alguna a su hija. Sin embargo, pidió ser enterrada con los pequeños zapatos de Georges, que fueron colocados junto al cuerpo dentro del ataúd.

Fuente [Abc.es]

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