Antes de que se realizaran las elecciones primarias en el estado de Iowa, todos los sondeos daban como favorito al magnate estadounidense Donald Trump, que parecía haber alcanzado un éxito sin precedentes con una campaña basada más en las redes sociales y en la desmedida cobertura por parte de los medios de comunicación de las frases erráticas o insultantes del candidato, que en propuestas substanciales de gobierno. Sin embargo, los resultados contradicen las expectativas que había enarbolado Trump. Ahora parece que tener casi seis millones de seguidores en Twitter no garantiza una victoria en las urnas. Así lo reseña ElEspectador.com:
Ted Cruz, senador por Texas, un político reconocido por ser bastante conservador e intransigente, sacó el 27,7%, mientras que Trump obtuvo el 24,3%. Una diferencia de alrededor de 6 mil votos. Trump, derrotado, tuvo que tragarse algunas de sus frases tales como “soy invencible”, “nunca pierdo”, “podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida y no perdería ningún votante”, o uno de sus tweets de 2014: “nadie recuerda al segundo”, entre otras declaraciones en las que acusó a sus contrincantes y a algunos periodistas como perdedores o incompetentes. Para un hombre que construyó esa imagen del líder anti político invencible, todopoderoso, obstinado con la victoria, y para una campaña llena de prematuros triunfalismos, esta derrota parcial constituye un fracaso grande. Y una gran desilusión para los seguidores que estaban embelesados con la figura desafiante de Trump.
En un discurso muy distinto a los que acostumbra ofrecer con tono enérgico y desafiante, un Trump cabizbajo aceptó la derrota minutos después de conocerse el resultado. Felicitó a Cruz y dijo: “Estoy honrado de haber terminado segundo. Continuaremos para lograr la nominación republicana, y vencer a Hillary Clinto o Bernie Sanders, quien sea el rival. Amo Iowa (…) Volveré muchas veces, de hecho, creo que me compraré una granja”.
Es demasiado pronto para hablar de la caída de Donald Trump. Perder el caucus de Iowa no significa que su aspiración política sea inviable. Aunque estas primarias de Iowa son consideradas un referente sobre cuál podría ser el candidato a la presidencia, aún queda mucho camino por recorrer. Trump, de nuevo, lidera los sondeos con miras a las primarias de New Hampshire, el próximo 9 de febrero, y en muchos otros estados. El magnate todavía puede remontar y no le faltan recursos para ampliar y auto financiar su campaña sin depender de terceros.
Eso sí, ahora Trump enfrenta un escenario completamente distinto, en el que ya no puede pretender mostrarse como invencible sin más argumentos que ser millonario o escribir tweets controversiales o insultar a sus contrincantes. Quizás su campaña tenga que ir más allá de las redes sociales y los shows en televisión, a presentar programas más substanciales de gobierno –si es que los tiene- y salir a las calles para mostrar su carisma y ganarse la confianza de más estadounidenses. Lo que es seguro es que, si no quiere que la próxima primaria sea vista como un gran fracaso, la campaña de Trump tendrá que plantearse expectativas más moderadas.