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Pese a que los principales socios comerciales de Brasil suspendieron la compra de carne bovina a esa nación tras comprobarse un brote de la «enfermedad de las vacas locas», Venezuela mantendrá sus compras.
Según el ministro de Alimentación Carlos Osorio, no existe posibilidad de contagio con el mal.
De acuerdo con declaraciones del ministro, tanto los animales vivos como la carne despostada comprada a Brasil proviene del norte, en particular del estado de Pará, mientras que el brote encefalopatía espongiforme bovina (EEB) se detectó en Paraná, al sur del país.
Osorio acotó que las autoridades nacionales tienen «bien calculado» el origen del brote para evitar compras de reses o carne proveniente de esa región, ubicada a unos 4.000 kilómetros de distancia del principal punto de embarque de carne hacia Venezuela.
La opinión del ministro es la única emitida por un personero del alto gobierno sobre el tema ante la imposibilidad de hablar con Pedro Moreno, presidente del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), desde cuya oficina de relaciones institucionales se dijo que solo abordaría la materia en enero próximo.
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Brasil, el mayor productor y exportador de carne del mundo, es el principal proveedor de Venezuela. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas el año pasado 37% de la carne consumida en el país fue brasileña, mientras que entre enero y agosto de 2012 la proporción subió a 40%.
Garantía a medias
Al comentar lo afirmado por Osorio, Manuel Cipriano Heredia, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), apunta que pese a ello el Gobierno debería realizar un protocolo de riesgo sanitario para corroborar que el ganado vivo y la carne llegada desde Brasil está libre de contaminación con EEB.
Veterinario con especialidad en salud animal, Heredia destacó que la mayoría de las reses traídas para ser sacrificados tienen un riesgo de contagio muy bajo, pero advirtió que el tema se vuelve sensible cuando se trata de vacas para cría y carne congelada, pues se desconoce el sitio de origen.
De precios y costos
Por otra parte, el presidente de Fedenaga reiteró la necesidad de revisar los precios fijados de la leche y la carne, pues el desfase entre el precio regulado y el valor real atenta contra el abastecimiento y la seguridad alimentaria.
Al respecto, dijo que según estudios de costos realizados por ganaderos del estado Táchira, para producir un litro de leche se deben desembolsar 8,56 bolívares, monto que se ubica 137% por encima del precio regulado de Bs. 3,60 por litro.
Por su parte, el presidente de la Federación Bolivariana de Ganaderos de Venezuela (Fegaven) Balsamino Belandría, estimó que antes del alza de precio final es preciso estabilizar los costos de los insumos, algunos de los cuales han subido este año hasta 50%.
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