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En muy pocos días nos espera otra fiesta electoral, en plenos aires pre-navideños. Lo cierto es que hace pocas horas el panorama ha cambiado, y vaya de que manera. Resulta que tanto del lado oficialista como de la alternativa democrática han surgido nuevos escenarios en el juego político.
Ambas campañas han sido manejadas de modos diferentes. Si es cierto, que hemos visto la acostumbrada propaganda de promesas para estos eventos. Sin embargo, no puede dejarse como la guayabera el último anuncio del presidente en cadena nacional.
Sabemos el origen de los candidatos afectos al oficialismo, son personas nombradas, designadas, ungidas por el líder máximo del partido único rojo para que ganen gobernaciones y se traigan votos a casa. Por otro lado, los candidatos escogidos en unas elecciones primarias a nivel nacional, defienden en algunos casos gestiones ya ejecutadas y en otros avanzar hacia el progreso y una mejor opción que la que existe.
Lo raro es que en medio de esta película hay un elemento que no parece ser muy fortuito. El hecho de que las declaraciones del jefe de estado sobre su grave estado de salud y posible impedimento de asumir en enero, se hayan producido justamente cuando se acabo el tiempo de campaña electoral, llama poderosamente la atención.
Según muchos expertos señalan, la mayor ventaja para los candidatos del oficialismo es su directa relación con el presidente Chávez, hoy ausente de toda propaganda, afiche y actos de masas en las regiones, parece haber mostrado el talón, como Aquiles. Para la oposición es un momento que imperdonablemente pueden dejar de aprovechar.
Hoy, los candidatos rojos se quedaron solos. Tal alianza, y ayuda a quienes creían que sería la manera más eficaz de solucionar sus problemas, al parecer no podrá ser así.
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Y lo anterior lo decimos apostando siempre a la buena recuperación de la salud del presidente, lo cual como todo cristiano manifestamos en estos duros momentos para su familia y quienes le tienen algún afecto.
Es un ser humano. Era necesario darse cuenta que lo es. Lo que es un hecho notorio y público, es la desesperación en algunos voceros del oficialismo estos últimos días. Creo que algunos de ellos han declarado sin pensar mucho en el alcance de sus palabras.
Debe ser eso que provoca el sentirse desolados, dejados a un lado. Ya no hay figura todopoderosa que los acompañe, porque un ser humano no lo puede ser, simplemente es así. Ahora lo que un ciudadano consciente y hábil para votar debe pensar, es que su voto cuenta, que donde pudo existir una debilidad ahora se ve la luz de una fortaleza.
No solamente la oposición tiene el gran chance de mantener las actuales gobernaciones, sino de que se produzca en muchos estados una participación masiva que permita obtener victorias donde muchos las daban por perdidas.
A ningún pueblo le cae bien que lo dejen solo. Por eso es tan importante que vayamos a votar, porque jamás estaremos solos si estamos representados por quienes nosotros hemos votado. El llamado es a VOTAR, recuerden llevar sus buenos zapatos.
Por: Maryeri Dilena