«Chávez: El Estado soy yo!» por @carlosvalero08

Me llamó poderosamente la atención la pregunta que realizó Consultores 21 en su último estudio, cuyo campo cerró el 26 de junio de 2012, que hace referencia a si el país que quiere Chávez se parece al país que quieren los venezolanos. El 51% respondió que no y 47% respondió que sí. Esta pegunta me permite hacer las siguientes reflexiones.

En primer lugar ese 51% que rechaza la visión de país del actual gobierno es un extraordinario predictor del voto en las elecciones del 7 O. Lo que está en juego en esta contienda electoral, como ya lo dijo Capriles, son dos visiones de país y es alentador que empiece a ser mayoría el número de venezolanos que rechazan lo que está ocurriendo y que desean un país diferente.

En segundo lugar, habría que preguntarse por qué razón después de 14 años aún el 47% de los venezolanos comparte la visión anacrónica del candidato del pasado. Una de las razones que explica el fenómeno obedece a la hegemonía comunicacional que ha logrado instalar este gobierno. Bien decía Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del Tercer Reich, que “una mentira replicada adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”. El gobierno ha desarrollado un enorme aparato de propaganda neonazi capaz de torcer la realidad utilizando la necesidad y esperanza de los más débiles. No hay que dejar de reconocer uno que otro logro, pero el balance es muy negativo en términos de lo que pudo haberse logrado con el poder político y la enorme cantidad de recursos manejados durante 14 años, casi 3 periodos constitucionales de los de antes.

Un claro ejemplo del uso abusivo de las herramientas comunicacionales fue lo ocurrido durante el primer día de campaña. El canal del estado que se supone de TODOS los venezolanos, dedicó 8 minutos a la difusión de las actividades realizadas por el candidato del futuro, definiéndolo como el “candidato de la derecha”. Mientras que al presidente candidato le dedicó la bicoca de más 300 minutos a su desfile en carroza, hablando de él como el “Comandante en Jefe”, entre otros títulos grandilocuentes.

Ese país de los 8 minutos versus 300, en donde se aplasta a los disidentes es la visión que nos quiere imponer el oficialismo y que tantas veces la sociedad venezolana ha rechazado. Han intentado imponer la idea de un partido único, de un triunvirato donde están al mimo nivel Dios, Bolívar y Chávez, y cuyo ejercicio de poder se hace de forma directa con el pueblo, es decir, no hay institucionalidad que medie entre el poder y el ciudadano.

Hay que decirlo sin medias tintas, el país que ofrece Chávez es diametralmente opuesto al país que Capriles quiere que construyamos juntos. No se trata de neoliberalismo burgués contra socialismo popular. Ni Chávez es socialista, ni Capriles es neoliberal. La diferencia entre ellos estriba en la visión que tienen del estado y del uso del poder. Está claro que para el candidato del pasado, el estado y la sociedad son herramientas para satisfacer su hedonismo político, para aplastar cualquier cosa que lo aleje del poder real. HCF es la expresión moderna más acabada de la frase de Luis XIV “el estado soy yo” y para @hcapriles el estado y el poder están al servicio del desarrollo del individuo, el poder es para servir y no para ser servido.

Por Carlos Valero / @carlosvalero08